La muerte de un gran tolimense
El inatajable paso del tiempo nos sigue privando de gente valiosa, que si bien no habitaba físicamente el terruño, en cuanto fijó su residencia en la ciudad de Birmingham, Alabama, U.S.A., tanta falta nos ha de hacer espiritualmente en el futuro, pues de forma lenta y gradual, casi que de una imperceptible forma, la muerte se las está llevando, como pasando las hojas de un calendario en uso. Para nuestro infortunio, son aquellos seres con los que en estrecha comunión disfrutamos o padecimos, los muchos momentos, -difíciles algunos, gratos los más-, que nos brindó el discurrir de la vida, recordándonos, un segmento del poema del gran Borges de América: