Indiferencia grita
Frente a ello, extraña el silencio de la clase política del departamento. Por un lado, el gobernador Barreto, más allá del cierre por parte de la Secretaría de Salud, no se ha manifestado con claridad frente a dicha problemática, y por el otro, el alcalde Jaramillo, siendo médico, tampoco ha dado una voz de aliento, a sus colegas de profesión.