Colombia retrocede en educación, según estudio del IMD 2012

Planeación Nacional, en la semana inmediatamente anterior, divulgó los resultados del informe anual sobre competitividad mundial correspondiente a 2012, que practica el Internacional Institute for Magnagement Developmen, IMD, escuela de negocios que funciona en Ginebra, Suiza.

A Colombia le fue bien en cuanto a factores del desarrollo económico, pero bastante mal en los 14 criterios que tienen que ver con educación.

Lo primero que se debe decir es que se trata de una evaluación econométrica que, por ejemplo, tiene en cuenta la “correspondencia de la educación superior con la competitividad” y la correspondencia entre educación gerencial y las necesidades de formación para la productividad. Es la mirada de los economistas sobre la funcionalidad y pertinencia del sistema educativo, con la productividad y los factores del crecimiento económico y, en consecuencia, no tiene en cuenta factores y subfactores de la formación humana y artística, que es vital en los actuales momentos.


Pero, de todas maneras, hay datos preocupantes. Colombia ocupa el puesto 52 entre 59 países evaluados por el IMD en cuanto a competitividad; retrocedió seis puestos entre 2011 y 2012, teniendo en cuenta cuatro factores, 20 subfactores y 246 variables sobre las que se procesa datos estadísticos y la percepción de los empresarios de los países objeto de estudio. A estos últimos se les aplicó una encuesta.


Vamos como el cangrejo, caminando hacia atrás, porque Colombia ocupaba el puesto 37 en el año 2003 y bajó al 52 en el presente año, es decir, descendimos 15 puestos en competitividad. Se tiene en cuenta cuatro grandes factores: el desempeño económico, la eficiencia del Gobierno, la eficiencia empresarial y la infraestructura. En este último están la educación, la infraestructura científica y la infraestructura tecnológica del país.


 ¿Cómo le va a Colombia en educación? Mal, o mejor sería decir, peor. Porque ocupa el puesto antepenúltimo entre los 59 países evaluados en este año. Colombia es la peor calificada en este tema. La ministra de Educación, María Fernanda Campo, y el presidente Juan Manuel Santos debieran conmocionarse con estos datos. Porque el país no puede ir en marcha hacia atrás, si es que damos credibilidad a la clasificación que nos da el organismo internacional de Ginebra. Ello es bastante discutible.


Resulta paradójico que esto ocurra cuando el Gobierno nacional ha extendido la gratuidad educativa a todos los niveles educativos sin distingos de estratos socioeconómicos, cuando se enfatiza en la calidad educativa, se actúa bajo un modelo eficientista; se pide que la formación de nuestros estudiantes se haga sobre competencias básicas y competencias para el trabajo y la competitividad. Como si se quisiera formar para el crecimiento económico, para satisfacer a los empresarios de producción de bienes y servicios. Entonces, ¿qué pasa?


El desarrollo económico de los países ha estado siempre asociado a los resultados de las evaluaciones externas del rendimiento académico de los estudiantes. De ser así, se explica por qué Chile es el país más competitivo de América Latina, en el puesto 28 entre los 59 evaluados por IMD y es, igualmente, el país de mayor desarrollo educativo en nuestro hemisferio. Colombia está 24 puestos por debajo en competitividad.

Credito
LUIS E. CHAMORRO RODRÍGUEZ ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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