“Apoyar al MAT se quedó solo en buenas intenciones”

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
De no contar con el decidido apoyo financiero de las administraciones local y seccional, este recinto se vería en inminencia de cierre, aunque esto aún no lo contemplan las directivas.

Ad portas de que el Museo de Arte del Tolima (MAT) llegue a sus 10 años en diciembre próximo, en este recinto artístico del barrio Belén se respira abandono desde los actuales gobiernos local y seccional, en lo que a recursos y proyectos se refiere.

Es tal la incertidumbre del maestro Darío Ortiz Robledo, presidente de la Junta Directiva del MAT, en su columna ‘¿A quién le importa un Museo?’, publicada el pasado 10 de octubre en EL NUEVO DÍA, que de lejos se ha pensado incluso en cerrar la institución.

“Desde el corte con el alcalde y el gobernador nuevos, el proceso se ha quedado más bien en algo de buenas intenciones; creemos en ellas y no dudamos de su palabra, pero la prueba es que en septiembre no se pudo pagar sueldos”, sustenta.

No es solo nómina, ya que además de reconocer al equipo humano está una serie de costos que, cabe recordar, involucran servicios públicos, mantenimiento e impuestos, así como lo que implican sus exposiciones y demás actividades culturales.

La preocupación de Ortiz Robledo se traslada a saber qué ha ocurrido con los porcentajes ordenados de la estampilla Procultura, que se nutre con recursos que ingresan por orden de las contrataciones de la Gobernación y la Alcaldía.

“Pareciera que la Gobernación no volvió a contratar porque nunca se volvió a tener un gran recurso, y en la Alcaldía se ha presentado proyectos, como la exposición del escultor Fernando Botero (2008), que tuvo resonancia, pero no hemos podido hacer que funcionen ahora”, recalca.

Incertidumbre

“O el Gobierno se pone las pilas con el Museo o esta institución va extinguiéndose”, asegura Ortiz Robledo, respecto a la premisa de que el recinto no puede verse sometido a solo abrir sus puertas sin ofrecer un servicio artístico a la región.

De hecho, reconoce que la institución, inaugurada en diciembre de 2003 y puesta en marcha en enero de 2004, ha contado con el apoyo progresivo de los dirigentes, que “cuando empezamos no entendían y no lo apoyaban.

“Esto fue creciendo y llegamos a un momento en los gobiernos de (Óscar) Barreto y Jesús María Botero, que comprendieron y (por eso) se tuvo un desarrollo de hacer eventos dignos de una capital de casi 600 mil habitantes”, asevera.

Y reitera, sobre lo publicado en la columna mencionada: “Me atrevo a preguntar a la gente que está en el poder si le interesa o no tener un museo (…). No es solo tener abierto y pagar servicios, sino desarrollar una labor, y si no hay para los sueldos, mucho menos para eso”.

Frente a ello, sostiene que cuando hay carencias “probablemente de nuestro bolsillo sacamos dinero y se pagan las deudas, aunque el Museo es una empresa muy organizada. El problema es qué va a ocurrir el año entrante”.

El llamado de Ortiz Robledo se extiende a la ciudadanía, para que “piense qué se va a hacer con el Museo, si acaso ya cumplió un ciclo y hay que dedicarse mejor a otras cosas”.

En el contexto

En términos generales, cabe recordar que con esta institución, construida en el último año de gobernación de Guillermo Alfonso Jaramillo, se quiso materializar la idea del pintor Darío Ortiz Robledo y el escultor Germán Botero de complementarse a un espacio que ya ocupaba la Casa de la Cultura Álvaro Mutis.

María Márgareth Bonilla Morales, la directora del recinto cultural, ha sido testigo directo de cómo gran parte de la historia del arte en sus diversas manifestaciones ha pasado por este espacio, por eso no deja de instar a que “los sectores oficial y privado, académicos, rectores de colegio, educadores y artistas plásticos conozcan el MAT, porque hemos estado con las puertas abiertas de manera ininterrumpida”, tal como lo señala Ortiz Robledo.

Lo que dice la Secretaría

La inconformidad mostrada por Ortiz Robledo fue calificada como “respetable” por Ángela Viviana Gómez Núñez, secretaria de Cultura, Turismo y Comercio local, quien indica que entre los planes está trabajar con el Museo porque “ha sido un aliado estratégico en las actividades culturales desde la Secretaría”.

Una de esas acciones, según explica, consiste en un convenio para operar los recursos de la Convocatoria de Estímulos, que, cabe recordarlo, ha sufrido demoras en la entrega de los premios.

“Consideramos con el Alcalde para el año entrante un apoyo especial para diferentes actividades del Museo en su cronograma de actividades y vamos con una propuesta más ambiciosa”, indica.
 

Sostenimiento 

Ortiz Robledo afirma que a pesar de que el sostenimiento se apoya en donaciones de obras de particulares y colaboraciones de entidades como la Cámara de Comercio de Ibagué y la Universidad de Ibagué, así como las entradas a sus ciclos de cine y exposiciones, y el arriendo del restaurante Whaam! esto no es suficiente.

“El tema es que no es una institución de dos personas, sino de un grupo que trabaja de la mañana a la noche; se tendría que tener el doble del personal, pero eso no quiere decir que entonces ‘lleguen las vacas flacas y solo quedemos con la directora y un portero’”, asevera el artista.

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