Si en el siglo 14 una de las peores tragedias fue la muy famosa “peste negra”, en lo que va del siglo XXI la peste de la especulación económica está destruyendo la economía mundial, y con ella los ahorros, el empleo y la calidad de vida de millones de personas en todo el orbe.

Temas como irregularidades en el Valle, restitución de tierras, derechos de la niñez y situación de las cárceles y penitenciarías, serán predominantes durante estos días.

Las confusas circunstancias en que Diego Felipe Becerra, un joven de 16 años fue ultimado por un agente de la Policía nacional el pasado fin de semana en Bogotá, me tienen perplejo.

Este reciente fin de semana se realizó en Barrancabermeja el Encuentro Nacional de Comunidades Campesinas, Indígenas y Afrodescendientes por la Tierra y la Paz de Colombia.

El doctor Laureano Gómez solía llamar “componendas” a los acuerdos de los políticos.

La senadora Rendón debería disculparse públicamente con todas las mujeres de Colombia. Sus declaraciones casi que son una incitación a la violencia de género; rayan con lo apologético y el asunto no debería quedar en algo trivial. Qué tristeza que gracias a semejante esperpento verbal haya recibido tanta prensa.

Hace poco menos de un mes, la Unesco declaró el Paisaje Cultural Cafetero como Patrimonio de la Humanidad. Dicha entidad reconoció “la autenticidad e integridad del Paisaje Cultural Cafetero y la pertinencia de su inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial.

Las bolsas se enloquecieron: las cotizaciones de los valores subían y bajaban sin cesar.

Los dos máximos economistas del siglo XIX, Karl Marx y Friedrich Engels, estudiaron la evolución y las transformaciones de la sociedad en la historia.

Con menos de un mes de posesionado como presidente del Senado, Juan Manuel Corzo ha logrado generar una avalancha de críticas más grande que la coleccionada por varios de sus antecesores en todo un año. Todavía está a tiempo para enmendar la plana, fortalecer el papel del legislativo en un momento clave, mejorar la imagen de una institución en la que muy pocos colombianos creen y, de paso, apoyar