El personaje del año

Por estos días todos los medios hacen sus análisis para destacar los personajes que en el año que termina se destacaron en los distintos campos de acción. Por su enorme impacto, por la forma como azotó despiadadamente al país y por la falta de previsión para contrarrestar sus efectos, yo me atrevería a señalar al fenómeno del invierno como el ´personaje´ en Colombia.

Desde luego no se trata de una persona, ni de nada que se haya provocado por la decisión de individuo alguno, pero su análisis nos debe ocupar en todo el próximo año, pues el país no puede aguantar otros fenómenos similares, sin tomar las medidas urgentes y necesarias para atenuar su impacto.

Vivimos en un planeta cada vez más azotado por la acción dañina de sus habitantes, que talan sus bosques, que acaban sus páramos, que contaminan sus cuencas, que producen toda clase de residuos, que producen efectos dañinos al aire que respiramos y que destruyen los elementos protectores del ecosistema.


Todo ello nos mueve a pensar que las catástrofes se seguirán presentando, pues el daño causado no es posible repararlo en el corto o mediano plazo, ya que no existen planes que así lo indiquen y los recursos que se requerirían, no los tiene disponibles ningún país.


Se requiere construir ante todo una cultura ciudadana que permita asimilar el tema y dar paso al diseño de los correctivos en el sentido de poder identificar qué no se debe hacer y qué es urgente ejecutar.


Los bosques hay que recuperarlos; las cuencas hidrográficas hay que restablecerlas en la dimensión en que lo fueron en el pasado, los residuos hay que clasificarlos y darles el destino apropiado para que no generen destrucción, y las obras de infraestructura que se requieren hay que realizarlas si queremos que los hechos no se repitan indefinidamente.


A propósito de este último punto, nuestra infraestructura nacional hay que replantearla totalmente, pues la fragilidad no puede seguir siendo la característica de las obras; éstas tienen que construirse con la indeclinable decisión de que sean permanentes en el tiempo y de que cuenten con las características debidas para que los fenómenos naturales no las afecten en la forma en que lo están haciendo.


Si definimos como el gran personaje al invierno, nos permitirá pensar detenidamente en él; en el por qué del fenómeno tan intenso y en todo lo que nos ha faltado hacer, o lo que hemos hecho indebidamente para que ese personaje se haya presentado en la forma en que lo hizo, con sus nefastos efectos.


No podemos olvidar que reparar los daños de los dos últimos inviernos, le va a costar al país más de 10 billones de pesos, según los primeros estimativos.

Credito
EDIARDO DURÁN GÓMEZ

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