Primeras impresiones de la tributaria de Ocampo

Jaime Eduardo Reyes

La reforma para la “Igualdad y la justicia social” se presentó sin mayor concertación con los sectores sociales y empresariales, la estrategia para su aprobación es aprovechar la ‘luna de miel’ del presidente Petro con el Congreso.
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La propuesta del ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo describe con claridad las modificaciones, alcances y metas de los nuevos recaudos, pero no hace lo mismo con el destino de los recursos. Comparando la actual propuesta con la reforma de Restrepo, en esa se anunció claramente en que se invertirían los nuevos recursos.

La reforma tributaria es progresiva, quienes tienen más ingresos y bienes tributarán más, sin embargo, también se tiene que promover el crecimiento económico y la creación de riqueza, situación anunciada por el presidente Petro en su discurso de posesión pero que al parecer tendrá que ser tratada en el Plan de Desarrollo porque no se hace en la reforma.

El espíritu central de la reforma tributaria “Igualdad y la justicia social” es la de recaudar nuevos recursos para financiar gasto social, pero, la eliminación de exenciones puede llevar a que aquellas empresas que se habían creado bajo esas condiciones decidan no continuar, destruyendo empleos y disminuyendo tributos. El propio proyecto advierte que el crecimiento del consumo total de los hogares disminuiría el primer año, aspirando a que luego se aumente el consumo de los hogares gracias a las transferencias que se le dará a los hogares más pobres.

Algunas actividades económicas podrían salir afectadas por la reforma e inclusive podría desincentivarse la inversión en Colombia. Los representantes de los sectores del comercio, hotelero, vivienda usada y minero ya advirtieron las implicaciones de la reforma para sus actividades productivas.

 La reforma impactará el bienestar de los colombianos, hay una apuesta de que se mejore el bienestar de los hogares con menos ingresos, medido este bienestar en un mayor consumo, sin embargo, habrá una disminución del bienestar de aquellos hogares que tendrán que tributar más. Esta reforma le apuesta a disminuir la pobreza monetaria vía transferencias, se asume que la totalidad de estos recursos se distribuye como una transferencia uniforme a las personas pertenecientes a los grupos del Sisbén A y B, que representan un total de 24,1 millones de personas, y a quienes le correspondería una transferencia adicional a la transferencia ya existente. 

 La propuesta de reforma tributaria no corrige del todo el problema de distribución de ingresos en el país, le apuesta a una disminución importante en las diferencias de ingreso entre segmentos pudientes y vulnerables de la población, no necesariamente por la vía de que los pobres tengan más ingreso vía salarios sino más subsidios. Lo que esperamos los contribuyentes es que en el Congreso de la República se den los debates correspondientes, con análisis detallados, y qué se conozca en cuales programas se van a invertir los nuevos recursos. Finalmente, así como  Ocampo ha dicho que para poder cambiar un ingreso propuesto se debe decir de donde saldría su remplazo, debería decir cuáles serán las estrategias para promover la inversión. 

 

JAIME EDUARDO REYES

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