Cómo va Ibagué

Jaime Eduardo Reyes

El reciente informe de ‘Ibagué Cómo Vamos’ nos entregó una radiografía del estado actual de la Capital Musical de Colombia que nos muestra que en esta ciudad están naciendo menos niños que en años anteriores, que aún no se recuperan los niveles de pobreza de prepandemia, que el ingreso medio de los ibaguereños está por debajo del salario mínimo, que aumentaron las tasas de reprobación y deserción escolar, y que aumentó el trabajo infantil. En conclusión, Ibagué no va bien.
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La primera situación que nos muestra el informe tiene que ver con la disminución de la tasa de crecimiento de la población durante los últimos años, conllevando a que la participación porcentual de los jóvenes y niños menores de 15 años sea mucho menor que la participación de los ibaguereños entre 15 y 35 años. Los ibaguereños están teniendo menos hijos que antes y las proyecciones de que Ibagué será una ciudad que alcanzará los niveles de más de 750 mil habitantes no se cumplirán.

Con relación a la pobreza monetaria, aunque aún no se recuperan de los niveles de prepandemia, la pobreza en Ibagué es menor a la pobreza nacional, manteniendo la diferencia que generalmente ha existido entre Colombia e Ibagué. Y en cuanto a la situación de la pobreza monetaria extrema está es aún peor. Somos una ciudad pobre.

Un dato que se convierte en una pésima noticia es que el ingreso medio de los hogares ibaguereños está por debajo del salario mínimo mensual vigente en más de doscientos 25 mil pesos, y al compararse con el promedio de las trece ciudades, está por debajo en 180 mil pesos aproximadamente. Somos una ciudad de ingresos bajos.

El análisis se completa con el Gini. Los niveles de desigualdad del ingreso no son tan altos como en Colombia, el índice de Gini, que nos permite medir esta desigualdad, muestra que Ibagué tiene un índice de 0,442 y Colombia 0,508. Somos una ciudad de ingresos bajos en promedio para la mayoría de ibaguereños, por eso somos pobres.

Un dato que preocupa es la tasa de reprobación escolar, tanto en educación primaria como en media los porcentajes fueron muy superiores a los de 2019. Y preocupa mucho más las tasas de deserción en 2021 al compararse con el año de prepandemia. Somos una ciudad en donde los jóvenes están saliendo del sistema educativo.

Con respecto a los niños ibaguereños hay dos datos que indican que las cosas no están bien para ellos, el primero es la tasa de mortalidad infantil (en menores de 5 años) por cada mil nacidos vivos en donde se pasó de una tasa de 2,1 en 2020 a 7,1 en 2021. El otro dato es que en Ibagué existe un 3,7 % de niños trabajando, equivalentes a 2 mil 771, muy por encima del 1,7 % de las 13 ciudades. Somos una ciudad que no está cuidando a sus niños. Ibagué no va bien.

 

 

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JAIME EDUARDO REYES

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