El reconocimiento de la economía popular

Jaime Eduardo Reyes

Desde hace varios años algunos economistas hemos hablado sobre economía popular, una categoría muy propia de la economía del desarrollo, es decir, de las economías de los países en desarrollo. De manera tímida, el estudio de este tipo de economía ha venido ganando espacio en las diferentes esferas de formulación de política pública. La falta de reconocimiento de parte del gobierno ha limitado el apoyo que se merece por la importancia en la economía del hogar. Ahora, con motivo de la formulación del Plan Nacional de Desarrollo, la economía popular logró tener toda la atención del gobierno, no solamente se define con total claridad, sino que además se plantea toda una ruta para impulsarla.
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Oficialmente, la economía popular se refiere a los oficios y ocupaciones mercantiles (producción, distribución y comercialización de bienes y servicios) y no mercantiles (domésticas o comunitarias) desarrolladas por unidades económicas de baja escala (personales, familiares, micronegocios o microempresas), en cualquier sector económico. Los actores de la EP pueden realizar sus actividades de manera individual, en unidades económicas, u organizados de manera asociativa. Esta definición establece la gran importancia que dicha economía tiene en países como el nuestro y la principal característica que la diferencia de lo que podríamos llamar la economía empresarial es la de ser unidades económicas de baja escala. Hace varios años se viene hablando de los micronegocios, ya existen aproximaciones al número de unidades económicas existentes en las principales ciudades del país. Es importante establecer que la EP no es exclusiva del mundo urbano, en el mundo rural también existen unidades productivas con las características de la economía popular.

La promesa del Plan Nacional de Desarrollo del presidente Petro se concreta en formular la política pública para la economía popular, contribuir con la sostenibilidad e incentivar el crecimiento económico de las unidades de EP, fomentar y fortalecer la comercialización, los circuitos cortos y los mercados locales de la EP, y apoyar la formación, financiamiento y sostenibilidad de las unidades económicas de la EP. Además, se promoverá la economía popular en territorios rurales mediante el acompañamiento y fortalecimiento de procesos asociativos y de cooperativismo. 

También se plantea contribuir al desarrollo y fortalecimiento del sector artesanal, mediante la promoción y puesta en marcha de oportunidades productivas y comerciales que permita la dignificación y preservación de los saberes, oficios y productos artesanales de los territorios, comunidades y miembros de economía popular, así como su crecimiento económico y el trabajo digno.

Los próximos candidatos a alcaldes deben reconocer la realidad de la economía popular en sus municipios e incluirlos en sus programas de gobierno con el fin de que vayan preparando la ruta a un posible plan de desarrollo municipal que impulse el crecimiento económico de estas unidades productivas.

 

JAIME EDUARDO REYES

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