¡Pobre Piedad!

Sí, ¡pobre negra! Nada de lo que diga será del gusto de los dueños del poder.

Todo lo que mencione será motivo de escándalo. Por más razonables que sean sus críticas, por más acierto que haya en sus apreciaciones y más entrados en razón sus señalamientos, todos ellos serán motivo de la más agresiva campaña en su contra.

¡Pobre Piedad! Lo que hizo en el Cauca, visto dentro del marco objetivo de sus propósitos, no fue más que defender a comunidades por siempre violentadas, a las cuales les asiste el derecho a vivir en paz, como nos asiste a los demás colombianos, solo que a diferencia de casi todos nosotros, ellas sí han venido cumpliendo la más férrea defensa de ese derecho.

Las exhortaciones de la negra no tuvieron más intención que la de animar a las comunidades indígenas en su lucha por la paz. “No queremos más guerra, no queremos bases militares y, sobre todo, no queremos que desprecien a la comunidad con el argumento de una base militar, que se gasta la plata de los impuestos en una guerra que la gente no quiere y no necesita”. Tal fue el reclamo planteado, según transcripción hecha por el diario El Tiempo en su registro de lo ocurrido.

El problema es que entre los demás ciudadanos también cunden las bases militares y de policía. Visitar cualquier poblado es encontrar a solo una o dos cuadras de su parque principal la respectiva sede, debidamente rodeada de sacos de arena para proteger de un ataque a los efectivos de esos cuerpos. La pregunta es:     ¿Y a la ciudadanía, que se encuentra al rededor de tales instalaciones, quién la defiende? Como la respuesta es nadie, lo mejor es que también nosotros nos pongamos firmes para que la guerra salga de los cascos urbanos al tiempo que nos vamos fortaleciendo en el propósito de sacar de los cuarteles esa llave de la paz que Santos dice tener, pero que él mismo niega estar utilizando.

La ex senadora Piedad Córdoba merece nuestro respaldo. Toda la actividad que esta valerosa mujer ha realizado ha estado inspirada en la creación de mejores condiciones de vida para sus compatriotas. Al frente de Colombianas y Colombianos por la Paz, desempeñó un destacado papel en el retorno a la libertad de muchos civiles, policías y soldados víctimas de la guerra. Como senadora, impulsó importantes debates e iniciativas, como la del Estatuto del Trabajo, derrotada por la bancada uribo-santista. Como activista en general, viene jugando un destacado papel al frente de la Marcha Patriótica. Esa es la negra que queremos y a la que debemos rodear con nuestra solidaridad.



Credito
RODRIGO LÓPEZ OVIEDO

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