Ya tenemos candidato

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Los directorios políticos ya comienzan a mostrar sus candidatos para el 2015 y a presionar a los electores para que se definan a su favor. Esa ha sido la historia de nuestras últimas generaciones, suspendida tan solo por la dictadura de Rojas Pinilla.

Debido a esa aparente tranquilidad institucional, a diario se nos dice que tenemos la democracia más vieja de Suramérica, no obstante, pecadillos inconfesables de “demócratas pura sangre” como el presidente Carlos Lleras Restrepo, quien no vaciló en llenar algunas urnas con unos voticos de más, con tal de garantizarle a su clase social la continuidad en el manejo del gobierno a través de Misael Pastrana.

Lo que las castas oligárquicas denominan democracia no es esa potestad que debe tener el pueblo para gobernarse por sí mismo y para sí mismo, como lo pensaba Lincoln, sino solo el ritual que le permite acercarse a las urnas, cada determinada cantidad de años, a refrendar las candidaturas y programas de quienes puedan garantizar en su gobierno la continuidad del statu quo.

Este tipo de democracias ha alcanzado diversos grados de desarrollo, pero la nuestra no ha podido desprenderse de problemas y costumbres tan maltrechas como la abstención en más de un 50 por ciento, la compra de votos, su cambio por puestos o contratos e incluso por la garantía de tomar ciertas decisiones de beneficio minoritario, en detrimento de los intereses de las mayorías.

Un ejemplo de ello es la ampliación de los impuestos indirectos y la reducción de los directos, con lo que prácticamente se ha eliminado la progresividad, haciendo que lo que pagan los pobres sea más que lo que tributan los ricos.

Por fortuna, los sectores populares están madurando en la comprensión de este fenómeno, y en ciudades como Bogotá ya no es tan fácil que salgan vencedores los oligarcas de siempre.

Obviamente que no todo ha salido a pedir de boca, y con gobiernos como el de Samuel Moreno se nos estuvo amargando el bocado. Sin embargo, la perseverancia ha permitido reencontrar el camino, y con Petro se ha visto el renacer de la esperanza.

Y eso que ha ocurrido en Bogotá también lo podemos reeditar en Ibagué. Ya los comunistas, por ejemplo, han soltado a la arena electoral a un valioso joven, Miguel Moreno Arciniegas, abogado él y miembro actual del Concejo de Juventudes, para que juegue entre las diversas opciones que debe seguir mostrando la izquierda en su oferta de candidatos para el Concejo, así como para otras instancias de poder.

Miguel Moreno es mi candidato porque él encarna los ideales de esa democracia con el pueblo y para el pueblo.

Credito
RODRIGO LÓPEZ OVIEDO

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