Por qué fracasa la izquierda

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Connotados politólogos sostienen la hipótesis de que en Colombia a diferencia de otros países como Chile, por ejemplo, la izquierda no llega al poder por marginal y falta de un partido organizado. La afirmación es correcta, pero sólo de manera parcial, si así fuese el problema sería menor, la cuestión es mucho más compleja. Intentaré aportar al análisis con crudeza pero también con sinceridad infinita.

Mi tesis es que la izquierda no triunfa porque, entre otras razones, es excesivamente ideológica y dogmática. Un exceso que en el pasado no le permitió unirse ni construir un partido moderno y abierto. Los años 70 y 80 fueron paradigmáticos en esto. La izquierda nunca logró ponerse de acuerdo ni fraguar un proyecto político. Uno miraba los murales urbanos con la cantidad de siglas de organizaciones y movimientos, y creía ver tras ellos multitudes pero luego en las marchas y manifestaciones aparecían cuatro gatos. Cuatro gatos que maullaban consignas diferentes cada uno, con la excepción de esa milonga trillada que dice que el “pueblo unido jamás será vencido”. Sin embargo, los líderes estaban divididos en troskistas, marxistas leninistas, maoístas, estalinistas, castristas, guevaristas, y un largo etcétera. La ideología no les sirvió nunca para entender la realidad y la política sino para distanciarse de ella. Y en esa hipnosis colectiva sacrificaron dos generaciones de mentes brillantes, unas porque abrazaron la lucha armada y murieron, como el cura Camilo Torres, y otras porque las tararon a punta de dogmas y prejuicios, y se envejecieron pensando que su reino no era de este mundo.

Por esa razón nunca hubo unidad guerrillera. Hoy mismo, la unión entre las Farc y el ELN, es casi imposible. Y como decían los romanos, nadie da lo que no tiene, ¿y cómo van a unir al pueblo si no son capaces de unirse ellos? La izquierda no ha cuajado una visión amplía de país. El ideologismo nunca se lo permitió. No ha logrado desentrañar el alma colombiana, en ese aspecto ha coincidido con la derecha, piensa en un país que sólo existe en los modelos ideológicos pero con poco asidero en la realidad. No ha sido capaz de construir una gramática inteligible para las mayorías nacionales ni capaz de interpretar sus aspiraciones y expectativas. Y lo peor, no ha sido demócrata, y es claro que no podía serlo porque el sustrato ideológico es marxista-leninista, y esta ideología no postula la democracia, predica la dictadura del proletariado. La formulación de lucha de clases no permite concertación ni acuerdos, sólo cabe, como en la visión uribista del mundo, el unanimismo. Pero Colombia es ante todo diversa y plural. Ahí reside nuestra mayor riqueza, y eso es lo que nunca hemos sabido canalizar ni gestionar.

La tragedia de la izquierda colombiana es hacer política en un sistema en el que no cree. Por eso es marginal, y por eso se ubica afuera y no adentro. Y también por eso marcha a contrapelo de los procesos económicos globales. Chile, sí, el Chile de la socialista Michelle Bachelet, es el país de A. Latina con mayor cantidad de TLC. ¿Cuantos creen que va a desmontar la señora Bachelet?

(Léala completa en la página web)

Credito
GUILLERMO PÉREZ FLÓREZ

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