El profundo sueño del gobernador

César Picón

En plena plaza pública, el candidato a la Gobernación del Tolima por el Partido Conservador fustigó la gestión del actual mandatario de los tolimenses, al punto que señaló que éste se la había pasado durmiendo durante los cuatro años de su periodo de gobierno.

Semejante afirmación se cae de su propio peso, no solamente por provenir de un político desprestigiado que dirigió un Gobierno con múltiples cuestionamientos, sino porque el actual Gobernador es reconocido por logros inéditos en la historia reciente del departamento y sobre todo por la honestidad con la que los ha alcanzado.

Si me pusieran a escoger entre el pasado y el actual Gobernador, indudablemente este último sería mi elección. Opto por un Gobernador que le haya dado prioridad a la salud de los tolimenses, salvando al moribundo Hospital Federico Lleras de la quiebra en la que lo entregó el anterior Gobierno, y contribuyendo a la recuperación de decenas de hospitales que se encontraban en alto riesgo financiero.

Me gusta más un Gobernador que haya sido capaz de hacerle frente a la escasez de recursos producto de las pobres finanzas que recibió y los drásticos recortes a las regalías, y que a través de su gestión y liderazgo haya logrado cuantiosas inversiones del Gobierno nacional para el departamento, como los escenarios de los Juegos Deportivos Nacionales, los recursos del Contrato Plan para el sur del Tolima, la aprobación de la construcción del nuevo aeropuerto Perales de Ibagué, y el plumazo presidencial para el inicio de una obra que mejorará la calidad de vida y la competitividad de buena parte del departamento a través de la construcción de la vía Cambao-Cruce de Armero-Líbano-Murillo-Manizales.

Antepongo un Gobernador que por el buen manejo de las finanzas públicas haya logrado elevar la categoría del departamento al nivel dos, después de haberlo recibido en tercera categoría, recuperando la confianza inversionista y la credibilidad ante entidades del Gobierno central.

Elijo un gobernante que privilegie la defensa de los recursos naturales por encima de cualquier interés económico y se oponga radicalmente a proyectos que amenacen la sostenibilidad ambiental de nuestro territorio, como por ejemplo el proyecto minero La Colosa.

Distingo un mandatario que haya sacado de la quiebra e incluso haya tornado competitivas, empresas tan importantes para el departamento como la Fábrica de Licores y la Lotería del Tolima.

Indudablemente prefiero un Gobernador que siempre enarbole la bandera de la honestidad en todas sus acciones y sobre todo en el manejo de los recursos públicos, que sea destacado por los organismos de control por hacer uno de los gobiernos más visibles y transparentes de todo el país, y que sea respetado por gremios, instituciones y la sociedad en general, por mantener la rectitud en todos sus actos de gobierno.

Si todo lo anterior es producto de un profundo sueño del Gobernador Luis Carlos Delgado, yo prefiero que siga durmiendo, al tiempo que entrega los mejores resultados para los tolimenses. Al fin y al cabo dormir tranquilo es un privilegio que no todos pueden disfrutar.

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