El desarrollo está en la educación

El libro titulado “Basta de historias”, de Andrés Oppenheimer, deja al descubierto las razones del atraso en cuanto al desarrollo, en los países Latinoamericanos, que se dedican más a mirar el pasado, a mirarse al espejo y muy poco a través de la ventana.

Una de las conclusiones a las cuales se llega, es que la clave de la reducción de la pobreza y el desarrollo sostenible de un país, está en la educación.

Ante esto, queda también claro que quienes tienen en sus manos el futuro de cada país, son los  Ministros de Educación.  

Para el nuestro, resulta absolutamente contrario, pues quien hoy funge como tal, no tiene conocimiento de cuanto es la escuela. Una de las razones que la obliga a incurrir en un modelo reduccionista, de poco reconocimiento al magisterio y por lo tanto de un trato dirigido no a quienes tienen en sus manos la formación de un país, sino a quienes deben mostrar resultados casi en serie, como si se tratase de una fábrica.

 Además, países como el nuestro se han dedicado a observar el pasado, a realizar diagnósticos y a construir discursos una y otra vez, sin que se piense en verdaderas soluciones. Las buenas prácticas globales no se tienen en cuenta y por lo tanto, los países que lograron su desarrollo vertiginoso, poco son tomados como ejemplo a imitar.

China, India y otros países asiáticos, no pierden de vista su historia, que además la recuerdan con orgullo, pero enfilan sus esfuerzos y se encaminan mirando el futuro, invirtiendo en innovación, investigación científica y en la formación de sus ciudadanos a través del sistema escolar, en ingeniería, ciencias exactas, en formar para la competencia a nivel mundial, a construir infraestructura de alta calidad.

Al paso que vamos, nuestro país tardará en alcanzar el desarrollo. Ni siquiera se tiene clara la importancia de invertir para la formación de calidad. Está demostrado que el impacto es dramático, cuando se cuenta con una deficiente formación.  

Si se piensa en mejorar en calidad educativa, se debe ofrecer un mayor estatus a los docentes, mayor reconocimiento a su profesión y de esa manera, atraer a los mejores para que hagan parte de la formación del país.

Es necesario que dejemos de mirarnos unos a otros y empecemos a elevar la mirada hacia el horizonte, imitar las prácticas de países afines, pero exitosos, y entender que como en la parábola del pescador, contada por el Primer Ministro de Vietnam, “el pescador que se quedaba en la orilla, iba a pescar peces más pequeños que uno que se aventuraba a pescar más lejos”.

Por morosos, la Empresa de Acueducto y Alcantarrillado Ibal cortó el suministro de agua en una fábrica de agua del barrio La Floresta, un aparta-hotel del Jardín, una discoteca en el centro de la ciudad y un lavadero de vehículos.

Credito
INDIRA ORFA TATIANA ROJAS OVIEDO

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