Los datos de turismo

La circunstancia descrita debería llevar a los burócratas del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo a otorgar al Tolima y sus sitios turísticos un tratamiento prioritario.

El informe de Cotelco sobre ocupación hotelera en el Tolima en las primeras jornadas del año se ha vuelto rutinario: “ocupación en el departamento 100 por ciento”. Si bien Ibagué no llega a esos índices sí registra un incremento del tres por ciento con respecto al 2011.

No es novedad que Prado, Mariquita, Carmen de Apicalá, Honda, Flandes y, ante todo, Melgar muestren ocupación total; más cuando numerosas vías del país tienen contingencias y, en cambio, la emergencia no se ha ensañado con el departamento.


Los índices mueven a la reflexión pues si se consolidan los factores en juego se encuentra que el solo Melgar tiene más camas de hotel que la misma Cartagena y si se le combina con el corredor del que forman parte sus vecinos la diferencia es abrumadora. Por cierto, hay acomodaciones para todos los presupuestos y los gustos más dispares.


Un elemento más importante aún: por la cercanía al mayor mercado del país los grandes volúmenes de ocupación no son asunto de temporada sino que se repiten a lo largo del año en casi todos los fines de semana. No hay sino que imaginarse lo que vaya a ocurrir cuando la doble calzada Bogotá - Girardot esté culminada.


La circunstancia descrita debería llevar a los burócratas del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo a otorgar al Tolima y sus sitios turísticos un tratamiento prioritario.


Lamentablemente no es así y el departamento jamás figura en los programas del Ministerio. ¿Cuándo ve usted amigo lector una fotografía o un video de promoción de siquiera uno de los múltiples atractivos turísticos que tiene el Tolima? ¿La laguna de Prado; Mariquita, la ruta Mutis y la Expedición Botánica; Honda o Ambalema, el nevado del Tolima o Carmen de Apicalá? Turismo enfocado al trasegar histórico, a los deportes acuáticos, a los diversos climas, a la abundante y variada gastronomía, nada parece interesar ni a las agencias ni al Ministerio ni a los realizadores.


Es hora de que los actores regionales, con cifras en la mano, exijan en Bogotá lo que le corresponde a la región. Nada más, pero nada menos.

EL NUEVO DÍA

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