Resultado de las investigaciones

Por cierto, es de suponer, que ninguna de esas actividades vaya a continuar siendo subsidiada para su producción y distribución.

Los avances de la ciencia y, en particular, de la medicina han hecho que a través de los años se revalúen los conceptos, lo que llegó a ser paradigma se convierta en anatema y lo que se elogiaba como todo un estilo de vida, hoy sea considerado como dañino y cada vez sea más estigmatizado.

El uso del tabaco a mediados del siglo pasado era elogiado en la publicidad como el más extendido símbolo de la sofisticación, al punto de que si se vuelven a mirar las películas de la época las más bellas robaban escenas con sus largas pitilleras y el protagonista de las más heroicas acciones portaba entre sus labios el imprescindible cigarrillo de tal manera que se estableció una moda en la cual la hombría era sinónimo de fumar por lo que cantantes, figuras públicas y hasta presidentes hacían del cigarrillo un emblema de su personalidad.


Las investigaciones médicas encontraron la íntima relación entre el fumar y el cáncer de pulmón, las enfermedades respiratorias y los trastornos cardiovasculares, de tal manera que el consumo de tabaco perdió su lustre y hoy es restringido en la mayoría de los espacios cerrados y la sociedad ha establecido los enormes costos de permitir libremente su uso.


La exposición al sol era considerada el epítome de las prácticas saludables y la publicidad enfatizaba en el bienestar que se derivaba del uso indiscriminado de playas y piscinas. Las investigaciones, de nuevo, han encontrado los peligros de exponerse sin protección a los rayos solares y se ha creado toda una industria para proteger la piel de los dañinos efectos.


Igual ha sucedido con los productos que contienen gran cantidad de grasa y que su consumo afecta la salud y longevidad de las personas, de tal manera que cada día son más los productos que se ofrecen con limitaciones en los contenidos grasos.


El caballo de batalla más reciente es el azúcar. De nuevo los estudios dan como resultado el descubrimiento de una íntima relación entre el consumo del azúcar y la epidemia mundial de diabetes. En efecto, en un estudio que abarcó a 172 países se pudo establecer entre consumo de azúcar y diabetes una relación similar a la del consumo de tabaco y el cáncer de pulmón. De hecho ya se han producido decisiones como la del alcalde Bloomberg de Nueva York que prohibió en el sistema escolar de su ciudad la venta de gaseosa en recipientes grandes y hace cerrera la propuesta de prohibir su consumo al interior del sistema escolar de esa nación. No sería extraño que con el paso de los años y mediante la publicación de nuevos estudios el azúcar y los productos que la incluyen lleguen a ser igual de estigmatizados que el tabaco y se restrinja su uso a ciertos sitios y en muy particulares ocasiones.


Por cierto, es de suponer, que ninguna de esas actividades vaya a continuar siendo subsidiada para su producción y distribución.


EL NUEVO DÍA

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