Tareas inconmensurables

No habrá fórmulas mágicas ni propuestas de efecto instantáneo, pero sí jornadas prolongadas, discrepancias naturales, errores en el trámite y elementos de confusión para lo que se requerirá de grandes dosis de paciencia, generosidad y comprensión de todos.

A la par que se reanudan los diálogos en La Habana entre el gobierno y las FARC y crece la expectativa sobre lo que pueda resultar se acumulan las tareas y los compromisos que habrán de atenderse cuando se entre al anhelado postconflicto.

La sola enunciación de lo que debe hacerse abruma, pues debe tenerse en cuenta que son millones los desplazados, un similar número los despojados, los secuestrados y los heridos, a más de los desaparecidos de los cuales no se volvió a saber y cuya ubicación o la de sus restos tendrá que ser asunto de las conversaciones.

Por cierto, y si se pacta la paz con las FARC habrá que facilitar el reintegro a la sociedad de miles de desmovilizados y promover las fórmulas para que el ELN coincida con el desarme y la reinserción. Para, simultáneamente, enfocar esfuerzos en los antiguos miembros de los paramilitares y las bacrim o los apelativos que para entonces se aplique a esos grupos armados ilegales. Sin dejar de lado a los rezagos de las organizaciones de narcotraficantes que, como se sabe, se confunden y conforman con contingentes de todos los grupos mencionados.

    Para entonces la tarea apenas habrá comenzado pues será menester un esfuerzo descomunal para devolver las propiedades a los despojados y tornarlas productivas en medio de las amenazas de quienes ilegalmente las habían tomado.

    A miles que solo son diestros para la guerra habrá que capacitarles en labores productivas y brindarles los medios para aplicar sus nuevos saberes y sus recién adquiridas destrezas. Habrá que establecer prioridad para que los miles de soldados y policías que por las nuevas circunstancias deberán dejar las armas puedan retornar a la vida civil sin traumatismos y con oportunidades.

    Regiones enteras tendrán que ser intervenidas para erradicar las minas antipersona y, para el efecto, habrá que contar con la colaboración y el conocimiento en la ubicación de los artefactos de los mismos que los sembraron.

    El esfuerzo ha de ser inconmensurable y los recursos a emplear de similar tamaño, mas nunca habrá dinero mejor empleado ni propósito que concite mayor apoyo de la mayoría de los colombianos que la recuperación de la paz y la concordia.

    No habrá fórmulas mágicas ni propuestas de efecto instantáneo, pero sí jornadas prolongadas, discrepancias naturales, errores en el trámite y elementos de confusión para lo que se requerirá de grandes dosis de paciencia, generosidad y comprensión de todos.







EL NUEVO DÍA

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