Proyecto empantanado

Quizás hubo premura y afán por atraer recursos públicos importantes para la ciudad, pero no fue suficiente porque faltó una estrategia adecuada para divulgar las bondades de la obra, si es que existían, para los purificenses.

El proyecto para construir una cárcel de mediana seguridad en Purificación quedó en veremos. La obra propuesta consistía en una construcción modular, cuya inversión asciende 30 mil millones de pesos, y serviría para albergar a unos mil internos en un predio de 25 hectáreas que funcionaría como colonia agrícola. El ministro de Justicia y del Derecho, Wilson Ruiz Orejuela, visitó el municipio y agradeció públicamente la donación del terreno por parte de la Alcaldía. Al mismo tiempo indicó que los internos de ese municipio serían trasladados a la colonia y el lugar donde funciona actualmente la cárcel municipal se destinaría a un museo.

Sin embargo, el anuncio no tenía asidero, porque solo un mes después, a finales de febrero, el alcalde, Cristian Barragán Correcha, solicitó la autorización del Concejo para donar el predio destinado para tal fin, y el proyecto de acuerdo fue presentado el último día de sesiones ordinarias. Fue necesario convocar a sesiones extras, pero el acuerdo no prosperó y el alcalde lo presentó nuevamente en mayo. Después de agitados debates fue rechazado.

Pero ese no fue el único obstáculo; las comunidades de la vereda Chenche Asoleados se opusieron porque, a pesar de que el predio es del municipio, para ellos es un terreno ancestral y dijeron que debieron haberles consultado, tal como lo dispone la Constitución Nacional, pues se verán afectados por la construcción. También hay confusión con respecto al número de internos que serían albergados, pues unos hablaron de mil, otros de 800 y otros de 160. 

Sin embargo, no todos estaban opuestos a la construcción de la colonia agrícola: algunos concejales indígenas y otros integrantes de la comunidad de las veredas aledañas la apoyaron, pues la ven como una oportunidad para la generación de empleo.

Las molestias de los ciudadanos y los concejales tienen fundamento en que la información no se difundió de manera suficiente entre los concejales ni con los habitantes de las zonas impactadas con la obra. Si el proyecto era de importancia para el municipio debió haberse comunicado con anticipación de manera que se pudieran hacer las consultas necesarias, y conocer los beneficios o perjuicios para la población de una obra de tal magnitud. Quizás hubo premura y afán por atraer recursos públicos importantes para la ciudad, pero no fue suficiente porque faltó una estrategia adecuada para divulgar las bondades de la obra, si es que existían, para los purificenses.

EL NUEVO DÍA

Comentarios