Las hordas de los bárbaros

El metódico aniquilamiento de los sectores que reclaman justicia muestra, a las claras, la compleja tarea que habrá de emprenderse si algún día se logra la paz y la magnitud de las fuerzas a las que habrá de enfrentarse si se quiere alcanzar la concordia.

De la oportunidad y otros condicionamientos

Todo lo anterior trae una agridulce reminiscencia (guardadas las proporciones y los tiempos) con los Juegos Nacionales de Ibagué para los que solo ahora se asignaron los diseños de las obras para dos certámenes que han de realizarse el año entrante y, por supuesto, no se conoce ni el presupuesto ni el origen de los recursos a emplear.

Medidas inanes y decisiones razonadas

Se pregunta el ciudadano si no será más razonable empezar por el principio y proceder a “chatarrizar” los equipos desuetos, controlar los “gemeliados” y poner en cintura a las empresas de transporte público, pero eso sería mucho pedir en vísperas de elecciones.

De derechos, libertades y avivatos

Para no citar casos de emprendimiento como el que proclama que debe prescindirse de aparatos de juego como el Play Station y ordena sus fieles a llevarlos al templo para que sea el mismo líder religioso el que los destruya en ceremonia privada, ya que los considera artilugios del demonio. Lo que lleva a pensar en alguna debilidad mental del pastor o una actividad alterna con los aparatos.

Sociedad en declive

Es así como se observa a senadores insultando a policías por intentar tomarles una prueba de alcoholemia, a expresidentes instando a sus seguidores a dejar el país para evadir a la justicia y a partidos políticos manteniendo en sus filas o rindiendo honores a quienes han sido condenados por los más altos tribunales por sus nexos con narcotraficantes y grupos armados ilegales.

La tragedia de Barranquilla

El penal de Guaduas es un claro ejemplo de lo ocurrido, un recinto que debería albergar a más de cinco mil reclusos, se diseñó con carencia del servicio de acueducto. Cabe recordar que otros penales fueron contratados con los Nule y que el de Picaleña en Ibagué no recibe sino el 50 por ciento del agua que requiere.

El imperio de la insensatez

Solo fue iniciar el campeonato y comenzó la vorágine de violencia irracional, los peligros en las carreteras y las asonadas y motines que por cuenta de las más nimias e intonsas razones se escenifican en los alrededores de los estadios y las ciudades donde se celebran los encuentros.

Incómodo huésped

Hay que estar alertas para que esas escenas salidas de la saga de El Padrino no se vayan a reproducir en Ibagué por cuenta del transitorio inquilino, sus secuaces y contrincantes.

Abandono y desidia

Pero el mal se ha extendido y quien realice su recorrido al trabajo en la mañana de un día cualquiera (por ejemplo, el Alcalde) encontrará el camino colmado de basura bolsas abiertas y su contenido esparcido por separadores, calles y aceras, en un espectáculo que solo produce tristeza y debería mover a las autoridades a actuar sin dilación.

Desequilibrios y formalidades

Como si el país entrara en un prolongado tiempo de vacaciones en el que se evita funcionar a plena capacidad, por lo que se mengua la ya paquidérmica gestión gubernamental o se anticipa o pospone para antes o después hacer las cosas sin mesura ni curia.