En Ibagué, bien o mal, se han adecuado calles para el tránsito peatonal. Viene a la memoria una cuadra de la calle 14 y su comunicación con la Plazoleta de Santa Librada que hoy está en mal estado e invadida por ventas callejeras.
Quitaron por un tiempo el estacionamiento de vehículos sobre la Avenida Quinta, la más importante de Ibagué. Y fue tal el lloriqueo de las plañideras del comercio sobre esa avenida, que el Alcalde reculó y entonces decidieron marcar unas zonas permitidas.
Tal parece que avanza el trabajo privado para que tengamos doble calzada entre Ibagué y Cajamarca. Recuerdo cómo, hace unos treinta años, el viaje en carro particular del centro de Ibagué a El Caimo (más allá de Armenia), duraba dos horas cortas.
Si la Constitución Política de Colombia continúa vigente en Ibagué, hay que darle cumplimiento al segundo párrafo del Artículo 4 que dice: “Es deber de los nacionales y de los extranjeros en Colombia acatar la Constitución y las leyes, y respetar y obedecer a las autoridades.”
En el Tolima tenemos gran cantidad de carreteras que hay que cuidar. Hay desde vías concesionadas y carreteras nacionales, hasta trochas y caminos de herradura bajo responsabilidad de los alcaldes.
Viaducto de “La Niña María”
Como para que todo el país sienta vergüenza EL NUEVO DÍA nos recordó, esta semana, que en el Tolima tenemos una inmensa obra inconclusa, un enorme elefante blanco de más de 21 millardos de pesos, pero eso sí,