El total de estudiantes desertores fue de 13.417 en el 2012

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Del total de desertores del 2012, un total de 10 mil 51 estudiantes están ubicados en los 46 municipios no certificados, cuya administración del sistema escolar está a cargo de la Gobernación.

Definitivamente, la tendencia es hacia el decrecimiento  paulatino de la deserción intraanual en el Tolima e Ibagué. Ahora el problema de eficiencia interna en el departamento y en el país, se desplazó hacia la reprobación o “pérdida” del año escolar. 

Hace cuatro años, en el 2009, el total de desertores en los 47 municipios del Tolima era de 19 mil 786, cifra que el año pasado pasó a ser de 13 mil 417, es decir, seis mil 369 desertores menos, lo que  equivale a una disminución del 32 por ciento. 

Es una disminución bastante significativa que se puede atribuir a las estrategias que el Ministerio de Educación y las entidades territoriales han puesto en marcha para atacar la deserción y entre ellas están la gratuidad educativa extendida a todos los estudiantes; la alimentación escolar a los más pobres; trasporte escolar con cargo a recursos de calidad educativa que se transfieren a los municipios; subsidio a la demanda a través de programas como el de Familias en Acción.

De todas maneras no hay que cantar victoria, porque tener 13 mil 417 estudiantes que abandonan las aulas entre el momento de la matrícula y la finalización del correspondiente año escolar, sigue siendo problemático. 

Del total de desertores del 2012, un total de 10 mil 51 estudiantes están ubicados en los 46 municipios no certificados, cuya administración del sistema escolar está a cargo de la Gobernación; los tres mil 366 restantes pertenecen a Ibagué. 

Así, en número absolutos, Ibagué aporta la cuarta parte de los desertores, a pesar de tener una tasa de deserción del 4 por ciento que es inferior a la nacional  del 4.28 por ciento y a la de los municipios no certificados del 5.64 por ciento.

Si la reprobación escolar sigue creciendo y afectó a 21 mil 435 estudiantes en el año 2011, puede ocurrir que aumente la deserción intraanual, porque se trata de fenómenos asociados. Se puede decir que es pertinente y necesario disminuir la reprobación escolar y para ello existe suficiente gobernabilidad en cada institución escolar para lograrlo.

El Ministerio de Educación Nacional puso en marcha, en el año 2012, estímulos económicos  sobre  la permanencia escolar. Se asignan recursos económicos para  calidad y alimentación escolar adicionales a las entidades territoriales que logren disminuir la deserción. De otra parte, se “paga de manera diferencial a los estudiantes desertores con el fin de incentivar  a los entes territoriales certificados para que diseñen e implementen estrategias orientadas a garantizar la permanencia de los estudiantes en el sistema educativo”, dice el Ministerio de Educación al respecto (2013).

La deserción intraanual es mayor hacia el mes de julio, en la mitad del año escolar y a partir de allí disminuye. Es un fenómeno asociado a la expectativa de “ganar” o “perder” el año escolar. El estudiante y el padre de familia se ven tentados a retirar  del establecimiento educativo a quien le está yendo mal en el desempeño académico. Inclusive, hay directivos y docentes que estimulan esta situación, lo cual no debiera ocurrir si se desea una mayor permanencia en las aulas.

La Nación paga hasta un 50 por ciento del valor per cápita asignado por  cada estudiante desertor, hasta el mes de julio. Y un 60 por ciento a los desertores desde el mes de agosto hasta octubre.

¿Qué hacer en cada institución educativa para lograr una mayor permanencia de los estudiantes matriculados en las aulas? 

Que los docentes enseñen u orienten el aprendizaje de contenidos que interesen a los estudiantes, es decir, que diseñen y apliquen un currículo pertinente que satisfaga los intereses de formación de los estudiantes y  de la sociedad en general. Que se pongan en acción prácticas pedagógicas y didácticas innovadoras para que los estudiantes no se aburran en las aulas, que los estudiantes se sientan felices estudiando. Desterrar del ámbito escolar,  estilos de enseñanza y dirección autoritarios. 

Pueden ser algunas de las estrategias a poner en marcha para intervenir sobre la deserción escolar, adicionales a las ya citadas. Porque hay muchas ideas sobre este asunto, que no caben en este texto.

Credito
LUIS EDUARDO CHAMORRO RODRÍGUEZ Especial para El Nuevo Día

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