¿Toliwood?

El presidente Iván Duque ha venido promoviendo la Economía Naranja como la gran opción del presente y el futuro. El concepto abarca la industria cultural en todas sus vertientes: música, literatura, teatro, danza, diseño, arquitectura; también el ecosistema del turismo que comprende la conservación y aprovechamiento de los atractivos naturales e históricos; la hotelería, la gastronomía, el entretenimiento y todo el fenómeno digital.

La frágil democracia

La política es el arte de gobernar a los hombres con su consentimiento, pues hacerlo por la fuerza no es política sino tiranía. La afirmación no es mía sino de Platón. Desde el Siglo IV AC los griegos se dedicaron a pensar sobre los mejores y peores modos de gobierno. Se nos escapa que el hecho de que tuvieran la libertad de hacerlo demuestra que vivían en democracia. El debate hubiera sido imposible en Persia, Egipto o Israel. Un par de siglos antes los romanos ya habían agregado el concepto de república o “res publica”, para expresar lo que hoy denominamos el patrimonio común (Commonwealth) el imperio de la ley y separar el interés general del particular.

Un gigante adormilado

El pasado fin de semana recorrí lugares que hacía tiempo no visitaba. El sábado en la mañana caminé el sendero de Calambeo a Ambalá: 2,4 kilómetros que usan campesinos, caballistas, atletas y ciclistas. Nos sirvió de guía un ornitólogo, profesor del Conservatorio Amina Melendro, que munido de cámara fotográfica, prismáticos y un par de libros, instruía sobre las aves endémicas y migratorias, destacando entre estas últimas un grupo de pájaros pechiamarillos que yo creía más colombianos que la aguapanela. Explicaba que, como las águilas cuaresmeras, vienen de Canadá por esta época del año. Nos topamos dos improvisados botaderos de basura a menos de quinientos metros de la vía que lleva a China Alta, lo que amerita la vigilancia no solo de las autoridades, sino de los vecinos de Ambalá.

De los guetos verticales y otros demonios

Como a muchos columnistas, me llegan mensajes por las redes sociales y al correo electrónico, en mi caso relativos a temas ambientales y al nefando POT. Me referiré a algunos de ellos:

Educación y seguridad: al taller

Me voy a referir a dos temas por cuya cuenta se vienen acuñado clichés ideológicos que comienzan a fatigarnos, pues alimentan disputas estériles entre la izquierda y la derecha. Debates jurásicos en la era post covid, en la que se acabaron los monopolios temáticos y los intereses deben hacerse explícitos para poderlos replantear con el escaso dinero que quede. No en vano Educación y Defensa se han alternado primero y segundo lugares en la repartición del presupuesto nacional.

Sin paz ni seguridad

Sin salir aún de la pandemia y luego de una apertura accidentada, posterior a seis meses de confinamiento, la opinión percibe un claro deterioro de la seguridad. Dos encuestas recientes lo corroboran. Según Invamer, el 89% de los ciudadanos creen que la inseguridad está empeorando (73% en agosto 2018) y el 50% opina que el gobierno lo hace muy mal combatiendo la delincuencia común. En Polimétrica la imagen negativa de la Policía alcanza el 60%, cuando no bajaba del top 5 de la credibilidad.

Reordenando el armario

Gran revuelo causaron las afirmaciones el Papa consignadas en el filme Francesco: “Las personas homosexuales tienen derecho a estar en una familia, son hijos de Dios. No se puede echar de una familia a nadie, ni hacerle la vida imposible por eso. Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil. Yo defendí eso. Nadie debería sentirse miserable por ello”. Dice en el documental, cuya premier fue lanzada la semana anterior en la ciudad de Los Ángeles. Su posición era de público conocimiento en Buenos Aires, siendo arzobispo, antes de ser electo Papa.

¿Al centro y pa’ dentro?

Se ha repetido hasta el cansancio que la agenda neoliberal de comienzos de los noventa la trajeron Virgilio Barco y César Gaviria para arrasar la industria nacional y entregarnos en manos de las multinacionales. Otros afirman que fue para modernizarnos.

Que tu mano derecha sí sepa lo que hizo tu izquierda

La denominada derecha política nace del fervor de quienes hicieron las revoluciones americana y francesa, luchando por una república laica, garante de los servicios de justicia, seguridad y protección de las fronteras. Desde un comienzo quiso limitar el Estado a la prestación de estas tres funciones esenciales, considerando que las desigualdades eran la consecuencia de diferencias naturales de personalidad e inteligencia, que solo la inventiva y el esfuerzo personal podrían recortar.

Mucha justicia y poca paz

Entre abril y julio de este año, todos, como el marido arrepentido de haberse gastado la quincena en licor, mujeres y fichas de casino, prometíamos que íbamos a cambiar y nada volvería a ser igual. Que de ahora en adelante cuidaríamos el planeta, dejaríamos a un lado la codicia, redistribuiríamos la riqueza para proteger a los débiles y reforzaríamos el sistema de salud para remunerar mejor a tantos héroes que ofrendaban su vida para salvarnos del Covid-19.