Me complace leer a quienes han escrito sobre el papel de la mujer en el desarrollo social, cultural y económico del país ya que, con motivo del día Internacional de la mujer, proclamado por la ONU, con lema “Igualdad de género hoy para mañana sostenible”, hay mucho que abordar.

Cualquier motivo es válido cuando se trata de la producción intelectual de Carlos Orlando Pardo Rodríguez y el lunes 21 lo fue en torno a la celebración de sus 75 años de vida. Es autor de 62 libros sobre literatura, antologías y textos que hacen parte de  las bibliotecas y están en las manos de muchos tolimenses, desde el año 1972 cuando, junto a su hermano Jorge Eliécer, también escritor, publicaran “Las primeras palabras”.

Estoy absolutamente absorta con  la situación descrita por Julián Torres en El Nuevo Día, con relación a problemas graves de infraestructura escolar en la Institución Educativa Guillermo Angulo Gómez de Ibagué, en el barrio Yuldaima.

El modelo educativo sigue siendo  tradicional en buen porcentaje para el caso del Tolima, tal como se dice en el último informe de Caracterización y perfil educativo de la Secretaría de Educación Departamental.

Estamos plenamente informados sobre la marcha del debate electoral, gracias a los medios de comunicación. Sin embargo, las voces de los candidatos al congreso y las de los aspirantes a la presidencia, pocas veces se han escuchado para hablar de la educación.

Existen suficientes leyes sobre los derechos de  las mujeres  y de sanciones  a todas las formas de violencia y discriminación que bien puede ser  psicológica, sexual, patrimonial, simbólica, acoso u hostigamiento, doméstica, laboral, obstétrica, contra el género femenino.

“El Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana -CNSCC- de conformidad con la ley 1801 del 2016 es el instrumento normativo con el que cuentan todos los habitantes en el territorio colombiano y las autoridades, para corregir y prevenir de forma oportuna los comportamientos que afectan la sana convivencia enmarcado en la seguridad, la tranquilidad, la protección de ambiente y la salud pública”.

La observación sobre las ciudades que registran las placas de los vehículos que han circulado en estos días de diciembre de 2021 por las calles de Ibagué, evidencian dos hechos: una alta afluencia de personas procedentes de diferentes lugares de Colombia, principalmente de Bogotá y, en segundo lugar, la congestión de vehículos que impiden el tránsito fluido.

Estamos en un período propicio para generar prácticas que podrían ser retomadas por la ciudadanía para obrar de manera similar, porque todo aquello que se escucha, a través de los amigos, de grupos sociales, de medios de comunicación, se constituye en una manera de permear las mentes de quienes vienen creciendo y aún no cuentan con posturas críticas no contestatarias, sino propositivas, reflexivas y en consecuencia transformadoras como lo plantea Habermas.

El artículo 23 de la Constitución Política de Colombia, declara el Derecho de Petición como un derecho fundamental que puede interponerlo todo ciudadano para solicitar de manera respetuosa ante el sector público o privado, una respuesta de fondo que sea clara, precisa y satisfactoria. No importan los requerimientos que se realicen, pueden ser múltiples en el mismo oficio y la entidad está obligada a satisfacer cada uno de éstos.