La divulgación de datos sobre “Uso del tiempo libre y trabajo no remunerado” en Colombia, hecha por el DANE en la semana inmediatamente anterior, ha servido de pretexto para hablar de otras situaciones de género, al lado de las tertulias y debates sobre asuntos de la política, en estos momentos de campaña electoral.
Insisto en los temas de la pobreza y la desigualdad social que se deduce de los indicadores correspondientes, divulgados por Planeación Nacional en el curso de las dos semanas anteriores.
Sin ser economista, me atrevo a abordar el tema de la pobreza, con base en datos que el Departamento Nacional de Planeación divulgó el pasado miércoles 24 en el seminario internacional realizado en Bogotá, para debatir sobre este asunto que le interesa al actual Gobierno nacional y sobre el cual también se escuchan promesas de los candidatos en trance de ser elegidos en octubre próximo.
Que a una persona la apoden “bolillo” es programarla neurolingüísticamente para que todo el tiempo se sienta como un arma que puede ser usada en cualquier momento.
Si en este momento fuera candidata a la Alcaldía de Ibagué, además de conseguir los votos que requeriría para ser la Alcaldesa en el próximo período, muy seguramente me rondarían varias preocupaciones por el futuro de la ciudad.
Si queremos saber cuál es la situación de la mujer tolimense, particularmente en cuanto a su comportamiento sexual y reproductivo, hay que recurrir a los datos de la última Encuesta Nacional de Demografía y Salud realizada por la organización privada PROFAMILIA en el año 2010.