Derechas de aquí y de allá

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La derecha, experta en combinar todas las formas de lucha, las combinó con especial saña contra la Unión Patriótica, de la cual dejó un reguero de cerca de cinco mil cadáveres. Pero este es un comportamiento que no reconoce fronteras. Tales formas de lucha también las combinó en Chile, ante Salvador Allende, en Bolivia, ante Evo Morales, en Nicaragua, ante el gobierno sandinista, en El Salvador, en Ecuador, etcétera.

Una característica que ata todos los anteriores países, es que en ellos estaba operando un nuevo poder, orientado a la superación de injusticias ancestrales, incluso en Colombia, donde la UP dirigía un buen número de alcaldías, desde las cuales estaba creando nuevos paradigmas de gobernanza, basados en los intereses de los más humildes.

El turno para esos métodos le tocó a la Venezuela de hoy. Para la derecha venezolana, la prédica de la democracia ha perdido toda validez, sobretodo después de perder consecutivamente las últimas 19 confrontaciones electorales. De allí que se hayan decidido definitivamente a favor de la violencia, con ya casi 30 muertos en muy pocos días, pues incluso los resultados de la última confrontación en las urnas, de la que consideraban podría tener un carácter de referendo contra Nicolás Maduro, les salió convertida en todo lo contrario.

Para que las oligarquías dejen caer sus caretas democráticas solo es necesario que atisben cualquier posibilidad de perder sus privilegios. Caerán primero las de quienes están más a la derecha, pero luego, una a una, todas las demás, pues en lo que se parecen todos los miembros de esta clase social es en su miedo pánico a que se desinfle el volumen de sus bolsillos y de su poder.

En Colombia, pese a que la derecha está en apariencia lejos de perder el poder, no dejan de hacer sentir sus pecaminosos métodos. Lo hacen a través de sus medios de comunicación, aplicándoles el silencio a sus voceros; a través de la obstaculización de sus actos públicos y destrucción de sus propagandas; a través de encuestas que, inicialmente amañadas, terminan orientando a la opinión pública a favor de candidatos serviles al statu quo, y también a través de la represión, desaparición y asesinato de sus líderes. En fin, este es un cuadro que, pese a lo esquemático, representa lo malévolo de los métodos de esa derecha. Necesitamos que cambien esos métodos, pero ello implica cambiar de protagonistas. Eso es lo que se está cocinando con la alianza de la UP con el Polo, y a la cual esperamos se adhieran muchas más organizaciones políticas y sociales que sientan como suya la necesidad de cambios de fondo.

Credito
RODRIGO LÓPEZ OVIEDO

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