El día de hoy es de encuentro de nuestro país con su pasado, su presente y su futuro. En torno a estos tres tiempos gira la gran movilización que viviremos en diferentes lugares del país, pero especialmente en Bogotá.
Sintonizada en el momento político que vive el país, la jerarquía eclesiástica aprovechó el cambio de señales provenientes de Roma para exhortar a los colombianos a respaldar los diálogos de La Habana. Según los altos prelados, estos diálogos deben adelantarse con mayor celeridad “porque no podemos permitirnos el lujo de estarnos años ahí sentados dialogando casi de espaldas al país".
Varias son las enseñanzas que está dejando el paro que actualmente compromete a la caficultura colombiana y que en Ibagué concentra a más de seis mil productores de diferentes municipios tolimenses.
Tratando de superar mi natural rechazo a cuanto medio de comunicación se oponga a los cambios sociales que requieren los pueblos, volví a los tiempos en que, no existiendo Telesur, tenía que conformarme con la visión deformada que de lo que ocurría en Venezuela nos traían canales informativos oligárquicos como Globovisión.
Mientras esta nota se escribía, un importante número de periodistas colombianos celebraba su día en recordación de don Manuel del Socorro Rodríguez, insigne Bibliotecario Real, periodista cubano y precursor del periodismo en Colombia, quien el 9 de febrero de 1791 pusiera en circulación el primero de los 270 números de su semanario Papel Periódico de Santafé de Bogotá.
En la frágil memoria de santistas, lafauristas, ponchoperreristas y demás comediantes del circo burgués terrateniente, que de cerca o de lejos dominan la política nacional, en esa frágil memoria no debe haber espacio para el recuerdo de una estrategia mil veces repetida por el presidente Santos: que los diálogos de La Habana se realizarán en medio de la guerra.
Si en tres palabras quisiéramos sintetizar los propósitos fundamentales de un partido que se proponga solucionar el cúmulo de problemas de la población colombiana, esas tres palabras serían paz, democracia y soberanía.