Dinámicas partidistas

Los partidos políticos históricos están viviendo el reto de definir su permanencia en el escenario nacional como organizaciones que buscan el poder de gobernar y dirigir el Estado por intermedio de uno de sus militantes o declararse Partidos de Parlamentarios que coadyuvan y secundan a otros.

Los partidos políticos históricos están viviendo el reto de definir su permanencia en el escenario nacional como organizaciones que buscan el poder de gobernar y dirigir el Estado por intermedio de uno de sus militantes o declararse Partidos de Parlamentarios que coadyuvan y secundan a otros, los Partidos políticos emergentes están validando su permanencia en el escenario nacional más allá de los umbrales y en la búsqueda del poder, y las FARC están destapando sus cartas y solicitudes para pasar de sus actividades ilegales al escenario de la democracia. 

En relación con los Partidos Históricos, lo cierto es que éstos aún no logran refundarse en el contexto de los nuevos acontecimientos políticos, económicos y sociales del país. Los apoyos brindados a los gobiernos de turno han llevado a que carezcan de identidad y sello propio, situación que advierte la opinión pública y por la que se señala la gran dificultad que estos tengan candidatos viables a la Presidencia de la República el próximo año. Su permanencia en el escenario político se da gracias a los cientos de años de poder político y a la presencia de dirigentes locales en la provincia, poder y presencia que disminuye rápidamente. Hechos que corroboran lo anterior son la declaración de Ómar Yepes: “como en el deporte, los partidos deben competir así se gane o pierda”,  y el que ya no hay hegemonías partidistas en ningún municipio: los otrora pueblos azules y rojos dejaron de serlo y ahora las democracias locales navegan en aguas de siete colores. 

La gran dinámica la están generado los partidos emergentes, en particular el Partido de la U y el Centro Democrático. En primer lugar porque tienen estadistas vigentes, en segundo lugar porque tienen vocación de poder nacional, y en tercero, porque han definido claramente una posición sobre uno de los mayores retos del país; el fin del conflicto armado interno y el posconflicto.

Será precisamente en este campo en donde se identifican las mayores diferencias entre estos dos partidos y en donde la opinión pública encontrará los mayores debates.

En lo particular, yo creo que la salida por la vía de la paz es el camino adecuado, es mejor que la salida militar. Hago parte del 66 por ciento de los colombianos que creen que la negociación es la mejor opción para salir del conflicto y del 70 por ciento que está de acuerdo con los diálogos con las FARC en la Habana, aunque este grupo armado guerrillero no me genera confianza. 

Las FARC solicitaron cupos directos en el Congreso de la República para insertarse en la política electoral, esto debe entenderse como el primer paso de este grupo para hacer política, situación que ya se vivió en procesos pasados con grupos reinsertados dando como resultado elementos positivos para la democracia, y para que funcione esta vía se necesita previamente las disculpas y el arrepentimiento de parte de estos para con todas sus víctimas, se necesita conocer la verdad.

Credito
JAIME EDUARDO REYES

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