De lo prescindible y lo indispensable

El tema no es de poca monta pues como ya se pudo observar cuando se buscaba tierra para las viviendas gratuitas del programa gubernamental hubo de recurrirse a opciones desesperadas y en nada factibles para, al menos, salvar la cara y no pasar por ineptos.

Se ha convertido en tradición- más acendrada que la Navidad- que el Ejecutivo ibaguereño convoque el Concejo a sesiones extras. No que los temas a considerar sean de enorme trascendencia o que no puedan postergarse para las siguientes sesiones ordinarias o que, si se laborase con mínima curia y oportunidad los proyectos habrían tenido un trámite sereno en la legislatura ordinaria.

El propósito, como bien se puede discernir, es congraciarse con los concejales y aportarles un incentivo a sus enjundiosas tareas y, de paso, abonar el terreno para el cómodo tránsito de permisos de viaje, proyectos presentados en borrador o ausencia de control político.


Coincide el llamado a extras (en esta ocasión) con la confirmación de que tampoco en este año se hará la postergada y necesaria revisión al Plan de Ordenamiento Territorial POT que ya superó un decenio de intentonas, retrocesos e indecisión.


Del esencial instrumento se derivan parámetros, definiciones y precisiones indispensables para evitar la incertidumbre que se presenta en la ciudad y que deja al libre albedrío, interés o voluntad de algunos funcionarios los límites de la ciudad, el uso del suelo urbano, la cota de servicios públicos y tantos otros elementos que no pueden quedar a la subjetividad o cercanía de, por ejemplo, los curadores urbanos.


El tema no es de poca monta pues como ya se pudo observar cuando se buscaba tierra para las viviendas gratuitas del programa gubernamental hubo de recurrirse a opciones desesperadas y en nada factibles para, al menos, salvar la cara y no pasar por ineptos.


Se anuncia, ahora, una tardía consulta al Ministerio sobre la interpretación de la Ley 1537, inquietudes que seguramente ya han sido dilucidadas para otras regiones y que no les han impedido actuar con premura y al ritmo de las necesidades de las comunidades.


Por supuesto, que tan estratégicos temas no pueden asumirse sin un cuidadoso análisis por parte de quienes tienen los conocimientos y aptitudes para hacerlo. A más de que allí debe primar el interés colectivo y la real necesidad de la ciudad y no manipulaciones originadas en intereses particulares.


Lo que sí resulta imprescindible es la decisión de realizar la revisión como tarea prioritaria.



EL NUEVO DÍA

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