Nubes de tormenta en la vecindad

Maduro ha tenido gran protagonismo en la construcción de lazos comerciales y políticos con China y Rusia y no poca participación en los acercamientos entre las Farc y el gobierno colombiano. Habrá que ver si sus argumentos son suficientes para superar los rivales al interior del chavismo o, en caso de ser necesario, derrotar a Capriles en una elección general.

Venezuela se encamina a nuevas elecciones de enorme trascendencia, después de la victoria de Chávez en octubre el próximo domingo se votará por los gobernadores de los distintos estados.

Para el efecto el PSUV, el partido de gobierno, conformó una alineación a prueba de sorpresas que incluye al propio hermano del presidente para la gobernación de su estado natal de Barinas. Adán, que así se llama, atrajo a su hermano a la ideología socialista y se une a otros pesos pesados del chavismo para impedir desagradables sorpresas como las que puede propinar el excandidato presidencial Henrique Capriles que aspira a la gobernación de Miranda.

Se suponía que el propio Chávez lideraría la campaña con una presencia permanente en las regiones, habida cuenta que ni la popularidad ni el carisma son endosables. Sin embargo, todos los planes, tanto del gobierno como de la oposición, han sido trastocados por el deterioro en la salud del caudillo que ha tenido que volver a Cuba para ser operado, por cuarta vez en 18 meses, de un cáncer que todavía y pese a tantas idas y venidas, vueltas y revueltas no se sabe dónde está localizado ni cuál es su gravedad.

Por lo que transmitieron canales como Telesur y la BBC el sábado en la noche la situación es bien compleja. En una sombría reunión en la que Chávez apareció rodeado de su más cercano círculo el recién reelegido presidente aceptó públicamente que la enfermedad había reaparecido y que se tendría que someter a una nueva intervención, pero por primera vez contempló la posibilidad de una ausencia definitiva y procedió a nominar al canciller y vicepresidente Nicolás Maduro como la persona que lo debe suceder o, en caso de requerirse elecciones ser el escogido para presentarse al debate electoral.

Para el efecto Chávez invocó el libro azul de la Constitución sin parar mientes en que allí aparecen los primeros obstáculos, pues no podría ser candidato quien se desempeñe como vicepresidente ni tampoco tendría esa opción Diosdado Cabello quien como presidente de la Asamblea nacional podría ser otro sucesor temporal.


Algo similar le ocurriría a Capriles si, como se estima, resulte elegido como gobernador de Miranda. Pero como en la vecina república bolivariana los asuntos legales se pueden modificar sin mucho esfuerzo hay que comenzar a mirar con mayor detenimiento a Maduro, un conductor de autobús que escaló rápidamente en la organización sindical hasta llegar a Presidente de la Asamblea Nacional y que a los 50 años ya ha sido por seis Canciller y recientemente fue nombrado vicepresidente.

Maduro estuvo en Cuba en los años 70 por asuntos sindicales, pero también ha sido seguidor del gurú Sathya Sai Babaa, un liderazgo espiritual compartido por su esposa la destacada y combativa Cilia Flórez.

Maduro ha tenido gran protagonismo en la construcción de lazos comerciales y políticos con China y Rusia y no poca participación en los acercamientos entre las Farc y el gobierno colombiano.

Habrá que ver si sus argumentos son suficientes para superar los rivales al interior del chavismo o, en caso de ser necesario, derrotar a Capriles en una elección general. En todo caso el que sea tendrá que lidiar con un legado poco atractivo que lo obligará a devaluar a las primeras de cambio, a hacerse cargo de un abultado déficit y a tratar de controlar la multiplicación de hechos de sangre que no parecen menguar.

Todo lo anterior, por supuesto, se verá reflejado y tendrá repercusiones de este lado de la frontera. 






EL NUEVO DÍA

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