Nuevos y venturosos vientos

De hecho y aunque no se ha hablado mucho sobre el tema, se observó en las elecciones presidenciales una cercanía muy estrecha de las iglesias cristianas con las posiciones del Centro Democrático y una decidida postura de la Iglesia Católica a favor de la paz y la coalición de gobierno.

El advenimiento al papado del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio ha insuflado a la Iglesia Católica un aire de renovación que en el corto lapso de su gestión representa un cambio radical a lo experimentado con los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI.

La más reciente es el reconocimiento de los abusos cometidos por centenares de sacerdotes y obispos en las personas de niños y niñas alrededor del mundo .

Circunstancia que trató de ocultarse con subterfugios, manipulaciones internas o pagos por fuera de los tribunales, pero que se había convertido en un cáncer que corroía las estructuras de la Iglesia. Escándalos como los protagonizados por curas y obispos en Estados Unidos, curas y monjas en Irlanda y los Legionarios de Cristo en México han llevado a la expulsión de 886 sacerdotes, a la reclusión en aislamiento en monasterios de más de dos mil quinientos y a públicas manifestaciones de los más altos jerarcas, incluido el Papa, para mostrar la vergüenza que acompaña a la Iglesia y a solicitar perdón por los abusos cometidos.

De similar manera pero en áreas completamente distintas se observa el cambio de actitud de la Iglesia Católica Colombiana y su decidida adhesión a los diálogos de paz y la necesidad de abogar por el perdón, la reinserción a la sociedad de los culpables, las penas alternativas para los delitos y el fomento de la concordia entre todos los colombianos.

De hecho y aunque no se ha hablado mucho sobre el tema, se observó en las elecciones presidenciales una cercanía muy estrecha de las iglesias cristianas con las posiciones del Centro Democrático y una decidida postura de la Iglesia Católica a favor de la paz y la coalición de gobierno.

No faltará quien encuentre tintes comunistas en los pronunciamientos de la Conferencia Episcopal y, seguramente, habrá quien señale como infiltrado del castro-chavismo a su actual presidente el cardenal Rubén Salazar. Sin embargo el apoyo de la Iglesia resulta estratégico como lo fue en la elección presidencial y lo será en el referendo si se llega a acuerdos; pero será aún más importante en las jornadas que serían esenciales en el posconflicto. Como lo fueron en el proceso posterior a la Violencia de mitad del siglo pasado en el Tolima.

REDACCIÓN EDITORIAL

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