Vía colapsada

Apenas haya definición al respecto el Gobernador debe reclamar la presencia del titular para una inspección al trayecto, que toca tierra tolimense, e inquirir por la pronta solución a un problema que pasa de castaño a oscuro y perjudica a miles de habitantes de la región, para no hablar de otros millones de colombianos.

Tras injustificables demoras e ingente pérdida de recursos, de tiempo y comodidad de millones de colombianos, finalmente se entregó al servicio el 23 de diciembre de 2011 la llamada Variante de Melgar.

El trayecto, como aconteció con todo el proyecto de doble calzada Bogotá - Girardot, se convirtió en el ejemplo de la desidia, el saqueo, la falta de calidad y la ausencia de profesionalismo que caracterizó al Ministerio de Transporte en los ocho años del gobierno anterior.

Por cierto, y tras escándalos como el mencionado, el fracasado Plan 2500, innumerables proyectos viales en Boyacá, Valle, Chocó y toda la costa Caribe; las cuestionadas y demoradas remodelaciones del aeropuerto Eldorado y tantas otras irregularidades en nombramientos y contratación, jamás se supo de investigaciones y, mucho menos, de sanciones por parte de los múltiples organismos de control con injerencia en ese Ministerio.

Pues bien, volviendo a la Variante de Melgar, luego de ser inaugurada con bombos y platillos, y tan solo un par de semanas después, comenzó a presentar toda suerte de fallas e inconvenientes en el trazado y la ejecución, de tal manera que, como se hace evidente en un reportaje fotográfico publicado en este rotativo el pasado lunes, el trayecto ha colapsado y es imposible (a más de peligroso) transitar por allí, por lo que ha tenido que ser clausurado temporalmente y, a la fecha, se ignora cuánto tiempo durará en esta condición y la gente se pregunta si tiene remedio.

Se ignora si la vía ha sido entregada a satisfacción, si existen pólizas que cubran la impericia y si por razón del descalabro se le rebajará al usuario los costosos peajes que paga. Por cierto, a lo largo de la precaria obra se hacen evidentes varias falencias no admisibles en profesionales de la ingeniería.

A la fecha se ignora si la acuciosa ministra Cecilia Álvarez será ratificada en su cargo, por lo que apenas haya definición al respecto el Gobernador debe reclamar la presencia del titular para una inspección al trayecto, que toca tierra tolimense, e inquirir por la pronta solución a un problema que ya pasa de castaño a oscuro y perjudica a miles de habitantes de la región, para no hablar de otros millones de colombianos. Si la caída de un puente en Montería amerita la presencia de la Ministra, mucho más lo exige el colapso de una carretera.

REDACCIÓN EDITORIAL

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