Aneurismas, el riesgo de perder la vida

Las tasas de incidencia de los aneurismas cerebrales se estiman entre 0.4 y 3,6 por ciento y son más frecuentes en personas de 35 a 60 años.

Las tasas de incidencia de los aneurismas cerebrales se estiman entre 0.4 y 3,6 por ciento y son más frecuentes en personas de 35 a 60 años. Las mujeres son más propensas a desarrollarlos y, generalmente, no hay señales de advertencia. En los niños también pueden ocurrir, aunque son eventos raros. La mayoría de los aneurismas se desarrollan después de los 40 años.

Un aneurisma es un abombamiento anormal (dilatación sacular) permanente de la pared de una arteria cerebral. Su manifestación se muestra más grave cuando se rompe y produce una hemorragia subaracnoidea (hemorragia cerebral), popularmente conocida como derrame cerebral. 

El principal síntoma de un aneurisma cerebral y en ocasiones el único es el dolor de cabeza de inicio súbito y de gran intensidad, que lo hace diferente al dolor de cabeza acostumbrado. Este evento en ocasiones se acompaña de náuseas, vómito y alteraciones en el estado de alertamiento.

Algunos aneurismas de gran tamaño pueden causar síntomas por compresión de nervios y generar alteraciones visuales, en los movimientos de los ojos, cara, cuerpo en general y en la sensibilidad. Sin embargo, es de anotar que antes de su ruptura la mayoría de los aneurismas cerebrales no producen síntomas. 

Tras estudios científicos se logra demostrar que la mayor parte de los pacientes que presentan la ruptura de un aneurisma cerebral no es diagnosticada en un servicio de urgencias convencional, donde llegan a manejarse como crisis de migraña o cefalea tipo tensión.

¿Por qué se produce? 

No se tiene claridad exacta sobre las causas de los aneurismas cerebrales, sin embargo, hay factores de riesgo asociados a su presentación y ruptura, como  el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la hipertensión arterial y algunas enfermedades genéticas.

Un aneurisma cerebral es considerado una enfermedad adquirida, pero existen casos de formas familiares. Dentro de las enfermedades asociadas están la enfermedad renal poliquística, el síndrome de Ehlers-Danlos y las malformaciones arteriovenosas cerebrales.

El diagnóstico

En un paciente con ruptura de un aneurisma cerebral el diagnóstico se basa principalmente en los síntomas inmediatos y se confirma con la realización de una tomografía cerebral de alta resolución. Si los síntomas son claros, aún con un resultado negativo de la tomografía, es necesario realizar una punción lumbar para descartar completamente esta ruptura vascular que puede comprometer la vida del paciente.

En la actualidad, con los avances y la disponibilidad de los métodos diagnósticos no invasivos, el indicador de detección de los aneurismas cerebrales no rotos ha tenido un aumento importante; tecnología disponible en el servicio de Radiología de la Foscal que cuenta con Angiotomografía y Angioresonancia Cerebral, que son exámenes sencillos de realizar y de bajo riesgo para el paciente, y que permiten detectar estas alteraciones vasculares en el 95 a 97 por ciento de los casos. Otro examen especializado y que ofrece un diagnóstico preciso es la Angiografía Cerebral Invasiva, que llevan a cabo especialistas de la Unidad de Radiología de la Foscal.

¿Cuándo se debe tratar?

Cuando un aneurisma cerebral se rompe se debe ofrecer al paciente atención médica especializada inmediata con carácter de urgencia vital.

Cuando el caso se diagnostica a tiempo, se debe estudiar de manera integral, pues existen múltiples características y factores que deben ser evaluados para definir cuál es el riesgo de ruptura del aneurisma y cuál es el mejor tratamiento. Por estas razones se hace énfasis en que esta evaluación la debe hacer un grupo de expertos en neurointervencionismo.

Credito
EL NUEVO DÍA

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