Ante desabastecimiento, en Buenos Aires deben tomar agua del río

Crédito: Hélmer Parra / El Nuevo DíaMotobomba en el sector de La Miel.
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Varias semanas lleva la comunidad solicitando a las autoridades soluciones de fondo a este problema, sin embargo, dichas palabras parecen llegar a ‘oídos sordos’.
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La falta de agua está llevando a la desesperación a la comunidad del corregimiento Buenos Aires, toda vez que la ausencia del preciado líquido se hace sentir desde hace más de un mes y medio, cuando la motobomba, único elemento que los abastecía, dejó de funcionar.

Así lo hace saber Robinson Coronado, presidente de la Junta de Acción Comunal, quien de la mano de la población circunvecina, lleva días luchando para restablecer el servicio en una zona que, a concepto suyo, permanece entre el olvido y la desidia administrativa.

“El agua que nosotros usamos en la zona proviene de una motobomba que extrae el agua a varios metros de profundidad, sin embargo, este aparato se dañó y se fundió. Desde ahí empezó el problema porque hemos hecho de todo para buscar una solución, que no ha llegado”, aseveró el presidente.

Entre los afectados están los habitantes que no han podido realizar sus actividades domésticas, y las empresas, industrias y negocios que vieron mermada la actividad comercial, puesto que debieron dejar de prestar servicios que, necesariamente, implican el uso de este líquido. En ese entendido, Teresa, otra de las perjudicadas, no se explica cómo una zona industrial, que es clave para la economía y dinamismo de la región, tenga que padecer este tipo de dolencias. 

Comentan los miembros de la JAC, que son varias las entidades que han hecho presencia en la zona pero que, de momento, ninguna ha sido contundente a la hora de traer soluciones profundas para este problema.

Además, relatan que en una visita realizada por la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado, Ibal, este se habría exonerado de cualquier responsabilidad pero, sobretodo, de compromisos para gestionar el arreglo de la motobomba. Asimismo, aseguran que al lugar arribaron funcionarios de la Secretaría de Gobierno y la Secretaría de Ambiente y Gestión del Riesgo, obteniendo de estas visitas, infructuosos resultados.

De momento, sostiene Coronado, la única medida de contingencia adoptada, tiene que ver con el envío de un carro tanque al sector que, dicho sea de paso, solo abastece satisfactoriamente a la institución educativa de Buenos Aires; por el contrario, el resto de la comunidad, solamente recibe unos cuantos baldados.

“Buenos Aires es parte de Ibagué y nosotros pagamos impuestos (...), por lo que hemos seguido un conducto regular, con la esperanza de que la alcaldía nos cumpla; sin embargo, ya la necesidad apremia”, agregó Coronado.

Los tubos de la motobomba se encuentran oxidados y llenos de barro.

Medidas desesperadas

Por todo lo anterior, la comunidad ha tenido que abocarse a tomar acciones que, cuando no afectan su bolsillo, si repercuten en su salud.

Lo anterior, en el entendido de que los establecimientos comerciales están comprando botellones de agua para la preparación de alimentos. Pero es que, también, quienes no tienen la capacidad económica para acceder a esta agua potable, están sirviéndose de los afluentes hídricos de la zona para bañarse, limpiar ropa, cocinar y hacer sus necesidades.

“La gente está recurriendo a los caños y las quebradas para suplir el daño de la motobomba, pero es que, como todos saben, ese líquido no es potable, el cual ya ha provocado que ancianos y niños se estén enfermando”, aseveró el presidente de la JAC.

Dos salidas

 

Ante este complejo panorama, la comunidad ya evalúa las acciones que puedan conducir a que el problema de la falta de agua llegué a buen fin.

El primero de ellos, pasa por unirse y, con recursos propios, gestionar el arreglo de la motobomba, toda vez que, según estimaciones de los líderes de la  JAC, alrededor de 200 familias comparten la misma dolencia y podían aportar.

“Una de las cosas que podemos hacer ahora, en vista de que nos faltan soluciones por parte de la alcaldía, es recolectar entre todos, incluyendo el sector comercial, el dinero para comprar los repuestos y gestionar su reparación. En este momento, estimamos que la motobomba está valiendo unos $11 millones”, afirmó Coronado.

Sin embargo, como en concepto de ellos, hay algo injusto en asumir una función que le correspondería a las autoridades, no se descarta que las vías de hecho sirvan para generar presión y materializar la presencia institucional en la zona.

“Otra de las soluciones, a falta de ayuda de la alcaldía, consistiría en protestas, como lastimosamente siempre nos ha tocado acá. Necesitamos que el gobierno local coja seriedad con la gente, porque vienen, nos dicen que tranquilos, que ya volvemos, pero al final no pasa nada”, comentó el presidente.

Luego de hacer extensible este problema al Ibal, la entidad insistió en que el asunto no correspondía a su jurisdicción. 

 

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¿Agua potable?

 

En un recorrido realizado por EL NUEVO DÍA en el sector, quedó evidenciado que si bien se requiere la reparación del aparato para abastecer de agua a Buenos Aires y su zona de influencia, también es necesario que se garantice el proceso por el cual se trata el líquido para que este pueda ser consumido por el ser humano, puesto que los filtros encargados de realizar dicha función, habrían dejado de operar hace años.

Algo que someramente admiten algunos de los pobladores, quienes saben que, en comparación con otras partes de Ibagué, el agua del sector no ha eliminado completamente las sustancias que resultan tóxicas para la salud.

 

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Credito
JUAN CORREDOR

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