Ibagué pasó de tener una completa unidad deportiva en la que atletas locales y regionales entrenaban para grandes competiciones a presenciar un lote abandonado y sin un futuro cercano a la vista. Se trata de las piscinas de la calle 42 que no ve la luz a pesar de las tres alcaldías que la han tenido a cargo.

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En la actualidad, se cumple una Navidad más sin que se logre concluir el proyecto, justo a días de terminar la alcaldía de Andrés Hurtado. La actual administración entregará las obras del Complejo Deportivo desoladas y con menos del 50 % de ejecución. Un ‘chicharrón’ más para la nueva mandataria, Johana Aranda.

Las veedurías han prendido las alarmas frente a la construcción del emblemático escenario deportivo. Pues en julio de este año, esta redacción dio a conocer que la iniciativa pasó a costar $810 millones de pesos; es decir, 155 millones más a su costo primario.

En septiembre pasado, el interventor de la obra, el ingeniero Freddy Pérez indicó que la obra es compleja y las intervenciones (esta es la cuarta) que se hagan en ella, deben basarse en las anteriores: 1970, 2015 y 2018.  A su vez, aseguró que, en su momento, se reunió con la Secretaría de Infraestructura y la Alcaldía, dejando claro que, “lo más difícil, de todas las angustias técnicas, dando paso a las certezas técnicas para culminar la obra”. Es decir, era optimista en afirmar que el escenario deportivo sería entregado en 2023.

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“Ibagué va a cerrar el año con las piscinas de la 42 con Quinta, con todas las condiciones de calidad, pese a las complejidades técnicas con las que se ha venido ejecutando esta obra”, indicó Pérez.

No obstante, el siguiente vídeo grabado el 17 de diciembre del presente año, deja en evidencia que dicha promesa fue incumplida.