Pagando los platos rotos
En la disputa entre el Alcalde de Ibagué y un sector de propietarios de busetas los únicos que han terminado perdiendo son los ciudadanos ibaguereños. El aumento desmedido de 300 pesos en la tarifa de las busetas que empezará a regir a partir de esta semana, responde a una concesión ligera que el Alcalde le habría dado a los transportadores durante el paro de busetas de diciembre, a fin de conjurar el bloqueo que habían instalado por toda la ciudad y, sobre todo, poder seguir campante con la contratación del operador del recaudo, que parece es su único interés.