Días atrás cuando con el inicio del año vino a conocerse los incrementos en las remuneraciones y salarios de millones de colombianos se llamaba la atención sobre el marcado contraste entre los congruos aumentos (excepto el de los salarios de los congresistas) y el de los precios, tasas y contribuciones, muchos de ellos determinados por entidades gubernamentales.
En efecto, mientras el aumento en el salario mínimo fue de 4.5 por ciento, el de las mesadas de los pensionados del 1.96 por ciento y en la generalidad de las empresas el aumento osciló entre el dos y el cuatro por ciento, los aumentos de impuestos y tarifas de servicios públicos pasaron con largueza esos índices y se treparon hasta el 25 por ciento, como ocurrió con el gas domiciliario (autorizado por la Comisión de Regulación de Energía y Gas Creg) que ya ha llevado a numerosas protestas en diferentes regiones.
Se hacía mención a la reducción de los descuentos por pronto pago en el impuesto predial en Ibagué, aprobado sin mucha discusión por el Concejo municipal. Ya que hasta el 2013 se le concedía al contribuyente cumplido y oportuno un descuento del 20 por ciento y en el presente año ese descuento se redujo al 10 por ciento, con un efecto real desmesurado en los presupuestos de los hogares.
Pero hay más. A la reducción de la rebaja se añadió un reajuste del avalúo que nominalmente fue del tres por ciento. Sin embargo, en esta redacción se han tomado muestras al azar de viviendas en el Jordán, Interlaken y Calambeo, así como de locales comerciales en el Centro de la ciudad y los resultados han sido: Jordán (aumento del 18.33 por ciento), Interlaken (aumento del 17.18 por ciento) y Calambeo (aumento del 18.12 por ciento); en tanto a los locales comerciales solo se les aplicó la reducción de la rebaja y tres de ellos pagaron entre el 10.12 y el 10.7 por ciento.
Por cierto a esta altura del año son muchos los sectores de la ciudad a los que no ha llegado la cuenta del predial y contribuyentes que han recurrido a obtener la liquidación a través de Internet o no lo han podido hacer por defectos de la plataforma o la factura que se imprime registra un error en el código de barras que le añade un cero a la derecha al valor a pagar que incrementa la suma en 10 veces.
Cuando se le reclama al funcionario recaudador estos asignan el error a que para la impresión debe utilizarse una máquina láser, mas la excusa es una falacia ya que el error solo puede atribuirse a descuido, inoperancia o negligencia de quienes tienen a su cargo tan sensible cobro que es, por cierto, uno de los mayores ingresos del Municipio del que depende en gran parte el flujo de caja de las arcas.
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