Más de lo mismo

Como quien dice, songo sorongo, se han ido apoderando de la empresa por diferentes medios y al paso que va quedará solo el cascarón como se advirtió en un editorial pasado. Y los organismos de control guardan silencio ante tan controvertidas actuaciones.

En nuestra edición del pasado jueves dimos cuenta de los reclamos del Sindicato de Trabajadores del Ibal (Sintraibal) con relación al controvertido contrato firmado en octubre pasado por medio del cual se entregó a una ignota empresa llamada Presea el manejo comercial del Ibal que incluye el manejo de una cartera valorada en 12.5 millardos de pesos, de los cuales solo es recuperable 4.6 millardos de esos.

Dice el Sindicato que tras cinco meses de iniciado el contrato no se ha instalado el software prometido y las planillas de visitas siguen elaborándose a mano.

Adicionalmente se alarma Sintraibal por la situación financiera de la empresa y por los anuncios hechos por el Gerente sobre una inminente intervención de la Superintendencia a la que, alguna vez, fue considerada la más importante empresa del Municipio.

Como ya se publicó en octubre pasado en este rotativo a raíz del mencionado contrato con Presea son numerosas las inquietudes que se levantan con relación a los diversos y muy controvertidos contratos y licitaciones del ente que, hasta la fecha, no se han concretado en nada diferente a incumplimientos y modificaciones a las sumas pactadas a cargo del Ibal a través de leoninas e injustificadas cláusulas y modificaciones .

Llama la atención, eso sí, que todas las cuestionadas acciones tienen un denominador común en la maraña de empresas vinculadas a los diferentes contratos.

Ya se decía en octubre que el representante legal de Presea, Carlos Adolfo Giraldo, es propietario de IEH Grucón S.A. también parte de la empresa que ejecuta el acueducto complementario de Ibagué. Grucón S.A. es a su vez socio de empresas como Aguazul Bogotá S.A. ESP que tenía (o tiene) a su cargo tres zonas de las seis en que se dividió la administración comercial del Acueducto de Bogotá en tiempo de la administración de Samuel Moreno, empresa que también era socia de la tristemente célebre Aguas de Bogotá EAB con Hidros Colombia y Gestaguas, también socias de Hydros Melgar que fuera sancionada por Superservicios por su nula función en el municipio tolimense.

Resulta también que Aguazul y Grucón Constructores fueron los mismos que el año pasado propusieron al Ibal una Asociación Público Privada por 150 millardos de pesos para realizar la recuperación del alcantarillado de Ibagué.

Como quien dice, songo sorongo, se han ido apoderando de la empresa por diferentes medios y al paso que va quedará solo el cascarón como se advirtió en un editorial pasado.

Y los organismos de control guardan silencio ante tan controvertidas actuaciones.

EL NUEVO DÍA

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