Paradójicamente, mientras el viernes pasado el Alcalde y el Gobernador acompañaban al Presidente a inaugurar el Túnel de la Línea construido por Invías, la vía que va desde los túneles de Boquerón a los corregimientos de Tapias y Toche estaba hecha un caos.
Hace 6 años recorrí por unas pocas semanas los municipios de Vistahermosa, Mesetas y San Juan de Arama (parte de lo que fue la zona de despeje del Caguán), en estribaciones de la exuberante serranía de la Macarena, en el departamento del Meta. Cursaba estudios que implicaban una práctica en territorio; el trabajo consistía en evaluar el impacto socio económico de un proyecto productivo (lechero) apoyado por el Gobierno, la cooperación internacional y la empresa privada, que vinculaba campesinos que habían vivido en carne propia el conflicto armado, unos víctimas, otros victimarios. Estaban luchando todos juntos por reemplazar su tradicional actividad económica -la coca- por pequeñas ganaderías lecheras, y bien que les estaba yendo. Escuché muchas historias de dolor y sufrimiento, también muchos relatos esperanzadores. Pero, sobre todo, logré entender un poco mejor la realidad de la vida en la Colombia profunda.
El fin de semana no pudimos entrar a un establecimiento porque íbamos acompañados de nuestras dos hijas (1 y 4 años). La mayor supo que ese había sido el motivo, guardó silencio. Ya había pasado en un supermercado, donde pretendíamos comprar un helado.
La aprobación de 310 mil millones de la Nación para cofinanciar el Sistema Estratégico de Transporte Público de Ibagué - Setp, no pudo llegar en mejor momento. En tiempos en que la reactivación económica es más que urgente, las obras que se pueden financiar con esos recursos y los que debe aportar la Alcaldía (otros 130 mil millones), se convierten en un salvavidas para mover el empleo y muchos sectores económicos que están sufriendo las consecuencias de la prolongada cuarentena, sobre todo en una ciudad que bordea el 40% de desempleo.
En Tolima se han contagiado por Covid-19 un total de 157 niños entre 0 y 9 años y ninguno ha muerto. En Colombia, de los casi 14.000 contagios en ese rango de edad han muerto 25, el 0,17% (corte a 8 de agosto).
El Partido Liberal debe definir si continúa perdido en la construcción de la Colombia del siglo XXI o asume nuevamente el liderazgo de las transformaciones sociales que lo hizo glorioso en el pasado. Este mes se realizará la Convención Nacional Liberal y quizá el punto más importante a tratar será concretar en cabeza de quién continua el Partido.
Cerrar la ciudad de manera repentina es arbitrario y golpea la confianza de una ciudadanía agobiada no solo por el miedo a enfermarse sino por los efectos económicos que ha causado la pandemia.
Haber confinado tempranamente a los colombianos (desde el 24 de marzo) permitió ver cómo los números de contagios y muertes crecían sin control en Europa, Estados Unidos y Brasil, mientras que las cifras nacionales permanecían sin generar mayor preocupación.
La Gobernación del Tolima está en el deber moral de responder positivamente la solicitud de seis mil millones de pesos que hizo el Consejo Superior de la Universidad del Tolima para poder financiar la matrícula de los estudiantes en el semestre B del presente año. Negarse sería una absurda e incomprensible decisión.