Contra el hambre
Visitando una plaza de mercado en Ibagué conversé con una señora, entrada en años, que vendía productos agrícolas en su puesto de comercialización. Se quejaba de las ventas y decía que “en nuestro país deberíamos sufrir de cualquier cosa, menos de hambre”. Me mostraba la gran cantidad de productos que llegaban a la plaza los martes y los jueves para abastecer la demanda de alimentos de los ibaguereños. “Es demasiada la variedad y cantidad de productos que llega para satisfacer las necesidades de la gente”, remató diciendo mientras se retiraba a atender una cliente que se acercó a preguntar por algo.