La sangría del Ibal

Ese atractivo ha llevado a que por años la empresa sufra el saqueo y la depredación de burócratas que solo piensan en sus intereses personales y el favorecimiento a las intenciones de sus nominadores.

Muchos recuerdan cuando el Ibal era la joya de la corona de la administración municipal de Ibagué por los excedentes de tesorería que manejaba, el volumen de su contratación, la extensión de su nómina y la posibilidad de expandir su radio de actividad a otras áreas y servicios.

Ese atractivo ha llevado a que por años la empresa sufra el saqueo y la depredación de burócratas que solo piensan en sus intereses personales y el favorecimiento a las intenciones de sus nominadores.

El deterioro de la entidad ha sido producto de varias y erradas acciones y decisiones. Desde el manejo equivocado y perverso de sus excedentes de tesorería en manipulaciones bursátiles, la contratación con proveedores cómplices que sobrefacturaban sus productos o vendían artículos de inferior calidad, hasta la perversa contratación de personal con cooperativas que no solo se birlaban los recursos destinados por el Ibal sino que diseñaban contratos con los que se trasladaba la responsabilidad por el no pago a la empresa de acueducto, en una continua sangría que está lejos de terminar; así como la adopción de errados y dañino programas de largo aliento contra la evidencia de estudios y evaluaciones.

La joya de la corona es ahora una entidad que apenas sobrevive y permanecido largo tiempo al filo de ser intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos a más de haberse convertido en una especie de maldición para los habitantes de la capital del Tolima que tienen que padecer los continuos cortes de suministro de agua bien cuando hay estío o cuando llueve y así limitar su vida cotidiana, las posibilidades de expansión urbanística o la instalación de empresas productivas generadoras de empleo y riqueza.


Pero pese a los pronunciamientos de los entes de control, la contratación del personal continúa inmutable, los procesos que agobian a la empresa se reproducen, los equipos de saqueadores cambian cotidianamente el nombre de sus organizaciones para poder continuar con la exacción y las administraciones "ahí" como si nada ocurriera ni a nadie le interesara.



EL NUEVO DÍA

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