Pese a que el Gobierno ha echado las campanas al vuelo por la aprobación del Parlamento Europeo de la supresión de la visa Schengen a colombianos y peruanos, la experiencia indica que se debe tener prudencia para no ir a quedar con el pecado y sin el género.
El asunto tiene sus bemoles y antecedentes, por lo que es mejor darlos a conocer. El Espacio Schengen deriva su nombre de la ciudad luxemburguesa en donde se firmó el Acuerdo en 1985, por medio del cual se establecía una zona con fronteras comunes en donde, quien fuera admitido o lo habitara, tendría libre desplazamiento en los países miembros.
El Acuerdo entró en vigor en 1995 y a él han adherido 26 países (que quedarán reducidos a 25 ante la decisión de Suiza de restringir el acceso de los ciudadanos de la Unión Europea). Por cierto, de la UE no hacen parte del Acuerdo Bulgaria, Croacia, Chipre, Irlanda, Reino Unido y Rumania; pero, por otro lado, no hacen parte de la UE y sí de Schengen Islandia, Noruega y Liechtenstein.
La votación en el Parlamento Europeo fue de 523 a favor, 41 en contra y 13 abstenciones, pese a que era conocida la oposición de Alemania y la casi totalidad de los países del Norte. Aunque, por disposiciones estatutarias, aún falta la decisión que debe tomar el Consejo Europeo para luego ponerlo a consideración de la Comisión Europea y así lograr un acuerdo tripartito que le daría aprobación plena a la propuesta.
Debe anotarse que la condición a refrendarse consiste en la supresión del requisito de visa para viajeros cuya estadía en el Espacio Schengen haya de ser menor a 90 días. En esa condición están ubicados cinco países del Caribe, 10 de las Islas del Pacífico y Timor Oriental.
También es preciso recabar que ante la reciente aprobación del Tratado de Libre Comercio entre los dos países y la UE, la supresión de la visa es una de las condiciones establecidas para la vigencia del Tratado.
De cumplirse todo el proceso mencionado (que seguramente ha de tomar buen tiempo) serían 80 los países que habrían suprimido el odioso expediente de la visa para los nacionales colombianos.
Lo alcanzado hasta ahora permite ser moderadamente optimistas respecto del resultado final, pero la experiencia indica que es mejor no ensillar antes de traer las bestias.
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