Opiniones y recetas

Estas últimas recomendaciones son las que habrán de despertar más confrontación ya que, de entrada, enfoca el papel y la actitud con las que operan la mayoría de las empresas mineras y petroleras. Pasado el agite electoral se principiará a conocer la opinión de los diversos sectores acerca de los comentarios y recetas del FMI.

La reciente visita de una comisión del Fondo Monetario Internacional FMI liderada por la experta Valerie Carra dejó una serie de opiniones y recomendaciones que, seguramente, han de provocar debates, servirán para que el Gobierno se vanaglorie y se produzcan análisis sobre las bondades de la medicina prescrita.

Primero los elogios: que el país ha sabido sortear las procelosas aguas de la inestabilidad financiera y económica que azotó al mundo en los últimos años y que presenta una fachada de solidez que se traduce en un crecimiento económico por encima del promedio, que habrá de continuar con el 4.3 por ciento que pronostica para el 2014. A lo que se une una inflación bajo control para la que se estima un rango, nada perturbador, entre el dos y el cuatro por ciento en el mismo período.

Dice después el FMI que el país debe tener opciones diversas y no depender de la riqueza petrolera y los ingresos derivados de su explotación, habida cuenta de los oscilantes precios del combustible y su vulnerabilidad a múltiples factores impredecibles del acontecer mundial.

Hace énfasis en la necesaria reducción del déficit estructural así como la deuda pública del gobierno central mediante una distribución más equilibrada de las obligaciones de los contribuyentes y la inclusión de un buen número de nuevos aportantes que hoy funcionan por fuera del radar de la Dian.

Recalca el FMI en la necesidad de controlar la evasión con todas las herramientas disponibles, a más de la imperiosa obligación de revisar un portafolio de exenciones que fueron concedidas, dice el FMI, sin mucho análisis ni una debida evaluación sobre el impacto que dichos favorecimientos habrían de tener en las finanzas públicas.

Parece referirse la señora Cerra a la cascada de exenciones y contratos de estabilidad fiscal firmadas en tiempo del pasado gobierno nacional y que vinieron a conocerse como la “confianza inversionista” y que se convirtieron en patente de corso para multinacionales y grandes conglomerados para evitar las cargas fiscales y para que muchas de ellas pudieran girar, sin merma alguna, sus utilidades y dividendos a las casa matrices o los paraísos fiscales.

Estas últimas recomendaciones son las que habrán de despertar más confrontación ya que, de entrada, enfoca el papel y la actitud con las que operan la mayoría de las empresas mineras y petroleras. Pasado el agite electoral se principiará a conocer la opinión de los diversos sectores acerca de los comentarios y recetas del FMI.

EL NUEVO DÍA

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