Tras más de un mes de protestas populares en las que el gobierno venezolano ha utilizado todas las formas de amedrentamiento las manifestaciones lideradas por los estudiantes universitarios del vecino país comienzan a lograr resultados.
Todo lo que se había pronosticado que iba a suceder en medio de la gestión del incontinente verbal e incompetente que en mala hora llegó a Miraflores se ha cumplido con largueza: una macrodevaluación del 88 por ciento que agudizará una inflación que figura entre las más desbordadas del planeta, desabastecimiento en todos los órdenes hasta de los más esenciales productos requeridos en la vida cotidiana, reducción acelerada de las reservas internacionales y un déficit fiscal que sobrepasa el 18 por ciento.
Para no hablar de la censura de prensa que afecta desde la escrita hasta la radio, pasando por la televisión y las redes sociales a más de la cooptación de los distintos poderes para pasar por encima de las libertades y de la oposición.
Por cierto hasta las formas se han desechado y ya a más de utilizar la Policía y el Ejército contra las multitudes se han valido, Maduro y Cabello, de los grupos paramilitares motorizados y armados desde los tiempos de Chávez con Lina Ron a la cabeza. Como si esto fuera poco y sin fórmula de juicio han optado por enviar a la cárcel a las figuras políticas de la oposición como Leopoldo López, numerosos estudiantes, dos alcaldes y, ahora, han cercenado la investidura de la diputada María Corina Machado.
Alguien debe haber asesorado a Maduro para hacerle ver que no es insultando a quien se preocupa por el caos que se vive en Venezuela como se va a hacer frente a los reclamos de más de medio país, ni inventando conspiraciones internacionales y atentados para disimular las enormes equivocaciones políticas, económicas y administrativas que han sumido al rico país en el desasosiego.
Como se decía algo sucedió tras la reunión de los cancilleres de la Unasur y Maduro ha aceptado las condiciones de la oposición para iniciar unos diálogos (al menos eso dice el Presidente colombiano) que serán avalados por Brasil, Colombia, y Ecuador con el apoyo del Vaticano. No es mucho lo que se pueda esperar en una sociedad tan fracturada pero sí es infinitamente mejor que se dialogue a que crezca el saldo de muertos, heridos y detenidos. Como lo decía Juárez: “la paz comienza por el respeto de los derechos”.
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