En apoyo de Villarrica

Desde el hospital La Milagrosa hasta la institución educativa Francisco Pineda amenazan ruina y la reparación de los daños causados en la entidad hospitalaria sobrepasa con largueza los siete millardos de pesos. La angustiosa situación ha forzado a la utilización de la tutela para que los organismos nacionales y departamentales de atención de desastres hagan presencia en la población.

Para el próximo martes ha sido convocada en Bogotá una reunión con la presencia de las autoridades nacionales para decidir sobre lo que ha de hacerse ante la emergencia que afecta al municipio tolimense de Villarrica.

Esta es una población situada en el Suroriente del departamento que adquirió la categoría de municipio en 1949 y que fue epicentro, en los más crudos años de la Violencia, de actividades en las que participó el Ejército que, finalmente, terminaron con bombardeos a la población civil.

De hecho fue allí el primer lugar del mundo donde se utilizó el napalm, un destructor elemento que luego tuvo gran protagonismo en la Guerra de Vietnam. Por cuenta de esos bombardeos, que afectaron a mujeres, ancianos y niños, se produjo una penosa marcha de los afectados hacia el Sur del departamento. Ese núcleo fue el que con el tiempo dio origen a las Farc.

La población, de acuerdo con el Censo de 2005, tiene un poco más de seis mil habitantes y en el sector urbano se levantan cerca de mil 200 viviendas, de las cuales cerca de la mitad están siendo afectadas por contingencias geológicas que amenazan con derruirlas, en un fenómeno similar al que acabó con Gramalote en Norte de Santander.

Desde el hospital La Milagrosa hasta la institución educativa Francisco Pineda amenazan ruina y la reparación de los daños causados en la entidad hospitalaria sobrepasa con largueza los siete millardos de pesos.

La angustiosa situación ha forzado a la utilización de la tutela para que los organismos nacionales y departamentales de atención de desastres hagan presencia en la población a evaluar los daños y determinar el origen del fenómeno.

Aunque hay varias hipótesis, se impuso el criterio de Ingeominas de realizar los estudios geológicos pertinentes para dictaminar lo que acontece y las opciones por tomar.

La mayoría de la población afectada carece de los recursos para trasladarse a otros lugares, bien temporalmente, bien definitivamente, por lo que en su auxilio deben acudir los organismos de apoyo no solo departamentales, también nacionales, y, si es preciso, internacionales. Lo que no exime de reclamar por la pronta realización de los estudios que determinen el futuro y las opciones del municipio y sus habitantes. Ojalá con una dinámica distinta a la practicada en Gramalote.

EL NUEVO DÍA

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