Morir de hambre

Difícil imaginar dolor más grande que el de unos padres que escuchan día tras día a sus hijos diciendo: “tengo hambre”, sin tener nada para ofrecerles, y finalmente verles morir. Un proceso lento que conlleva enorme deterioro físico, mental y emocional, en los niños y sus familias.

El discurso del Cambio

Los aspirantes a la Presidencia de la República coinciden en su compromiso con el cambio, por lo cual podríamos decir que es un ‘genérico’. Pero, el cambio no es necesariamente positivo, bien podría ser para empeorar; de hecho, de ese tipo de cambios conocemos varios ejemplos cercanos que solo han llevado ruina a sus países. Es imperativo entonces, precisar ¿Qué tipo de cambio proponen, qué pretenden cambiar, cómo esperan hacerlo y qué credibilidad merece quien lo propone?

A propósito de las llamadas “bodegas”

Acudiendo a los eufemismos de moda, se ha dado en llamar “Bodegas” a organizaciones que claramente son “Fábricas de falsas noticias, improperios, injurias y calumnias”. Una aberración adoptada por politiqueros inescrupulosos de diversas vertientes ideológicas. Ya las conocíamos y las han perfeccionado; inclusive en la anterior campaña presidencial lograron identificar y judicializar algunos de los “cerebros” encargados de operarlas. 

¿Dice usted que faltan líderes?

Es lugar común decir que ‘hacen falta líderes’; que eran otros tiempos cuando el país tenía verdaderos líderes y que es imperativo formar nuevos líderes. Sobre este planteamiento importa precisar que quienes así se expresan no quieran significar que añoran el surgimiento de mesías, gamonales o caciques, que definan, dirijan y resuelvan todo. Esto, porque hay quienes entienden el liderazgo como un comportamiento y actitud reservados a unos pocos, que cuando reciben tal reconocimiento se tiende a rodearles con fanatismo y luego a dejarles casi solos tomando decisiones sin el acompañamiento indispensable para que opere como un ejercicio colegiado y no conduzca a la personificación en alguien que podría envanecerse, crecer su ego y finalmente actuar con autoritarismo y deseo de perpetuarse, lo cual es absolutamente indeseable en cualquier circunstancia.

Necesitamos voluntad y coraje para superar la tormenta

La sumatoria de calamidades que vivimos actualmente en Colombia es alucinante: Violencia guerrillera, paramilitar y del narcotráfico, desbordantes; delincuencia e inseguridad urbana crecientes y aterradoras, masacres y desplazados por montones; dos años y medio sufriendo la pandemia por el Covid-19 y sus graves implicaciones; una larga temporada de lluvias devastadoras que arrasa cosechas, caminos y viviendas; corrupción, impunidad, pobreza, inequidad social y deforestación a máximos niveles.

Suficiente información

Inclusive las élites que ostentan el poder en Colombia quieren cambios, porque aún para ellas un país con el nivel de violencia, inseguridad, desempleo y pobreza extrema que se viven representa un riesgo, tal como se observó en años anteriores cuando grandes marchas de ciudadanos inconformes bloquearon vías y destruyeron bienes públicos y privados dejando destrozos y pérdidas notables a empresas, empresarios y ciudadanía de diverso nivel. ¿Y qué decir de las continuas masacres, ataques guerrilleros y asesinatos de líderes, que nos ponen en la mira internacional? Por ello todos los candidatos prometen cambios; el asunto es qué tipo de cambios, cómo lo harán y qué credibilidad tiene quien lo promete.

Primero lo primero

Lo dicen quienes habitan en zonas rurales: “… en el campo carecemos de muchas cosas: escuelas, centros de salud, internet y escenarios deportivos bien dotados; plazas de mercado y centros de acopio estratégicamente localizados y aptos para preservar y comercializar los productos que cosechamos.

Con la credibilidad por el piso

La Encuesta de Cultura Política que aplica el Dane cada dos años, y que en la de 2021 incluyó 71.986 personas mayores de 18 años, reveló que entre las instituciones que merecen menor confianza de los colombianos, se encuentran los Partidos Políticos, las Asambleas Departamentales, el Congreso de la República, los jueces y magistrados, con un 8.5%, 10.2%, 10.6% y 11.2% respectivamente.

Denigrar e intimidar, es la estrategia

En el contexto de polarización agudizado durante esta contienda electoral, tanto al legislativo como a la presidencia, resulta evidente que denigrar de los oponentes ha sido una de las estrategias adoptadas por asesores y seguidores de las campañas. También, intimidar, amenazar y tratar de invisibilizar a quien quiera que represente una opción distinta.

Conmemorando el Día de la Mujer

El llamado “Día de la Mujer” se suele aprovechar para dinamizar el comercio y para llamar la atención sobre la grave discriminación que enfrentan las mujeres en Colombia y en el mundo. En esta nota prefiero señalar algunos aspectos que importa precisar, visibilizar y reconocer, por su gran potencial para fortalecer un trabajo que propicie avances mayores en procura de la equidad para la mujer.