Buscando “camello”
Cuando mi sobrina mayor cumplió 18 años vino a Colombia con el propósito de debutar en una de esas mágicas fiestas de San Juan. Lucía preciosa en su traje de seda bordado con canutillos y lentejuelas, pero no había decidido cuál de los hijos de mis amigos sería su parejo. Le preguntamos qué tipo de persona le gustaría y con gran seguridad expuso los atributos ideales de su galán. Siendo gringa desestimó los ojos azules y el cabello rubio. Exigió sí que fuera piadoso, tuviera buen humor y le enseñara a bailar salsa. –No importa que hable inglés como Tarzán, yo entender spanglish--. Se encaramó en sus tacones de puntilla y exigió una estatura superior a 1,75.