En los últimos días se realizaron las Asambleas de los Arroceros y los Ganaderos del Tolima, en ambas reuniones se escucharon voces de inconformidad para con las políticas agropecuarias.
Desde hace varios años los municipios del Suroriente del Tolima han pretendido conformarse en una Provincia tal y como lo propone la Constitución Política de Colombia y las nuevas normas sobre ordenamiento territorial. Sus orígenes datan de la gobernación de Eduardo Aldana Valdez, quien la propuso en aquella época.
El Tolima debe diseñar su propio pacto agrario, las características rurales del Departamento así lo demandan, las necesidades de los campesinos y de los sectores agroempresariales lo están reclamando. Además, el pacto liderado por el Gobierno nacional, debido a su dinámica centralista y gremial, no logrará comprender y atender todas las dinámicas regionales y mucho menos locales.
Al observar los últimos videos que muestran el uso de armas químicas en Siria y los efectos de las mismas en la población civil el mundo no puede quedarse callado ni indiferente.
La protesta social vivida en varios países latinoamericanos por causa de los efectos del modelo económico global alcanzó a Colombia, las manifestaciones populares que hasta hace poco se adelantaon en Brasil, Chile, y otros países andinos se vivieron durante 13 días en carreteras y calles de Colombia.
La reducción del rezago presupuestal es un gran reto gerencial para los gobernantes territoriales; menores atrasos en la ejecución de los recursos públicos llevarían a una mejor provisión de bienes y servicios públicos en las regiones y por esa vía al desarrollo regional.
Todos tenemos una cuota de responsabilidad para alcanzar la paz, esta no es una cuestión exclusiva de los gobernantes, es una cuestión de todos, quienes tenemos familiares que han sufrido el rigor de la guerra lo entendemos, quienes tenemos hijos y esperamos lo mejor para ellos lo entendemos más fácilmente.
Colombia vive un clima no solo preelectoral, sino electoral, de cara a las elecciones de Congreso y Presidente de la República; los aspirantes al Senado y la Cámara de Representantes ya están recorriendo el país en busca de respaldos.
Los partidos políticos históricos están viviendo el reto de definir su permanencia en el escenario nacional como organizaciones que buscan el poder de gobernar y dirigir el Estado por intermedio de uno de sus militantes o declararse Partidos de Parlamentarios que coadyuvan y secundan a otros.
El debate planteado desde la Casa de Nariño reafirma el interés nacional de formular la visión de un país en posconflicto, de cara a la paz y no a la guerra. Fortalecer la institucionalidad para la seguridad la saca del vaivén del talante del gobernante de turno y la incrusta en los deberes del gobierno sin importar sus dogmas y posiciones políticas.